Mi gusto por mi amigo - Relatos Eróticos

Mi gusto por mi amigo

Éramos adolescentes cuando en la secundaria llego al salón un chico Moreno, de cabello ensortijado, ojos miel, de la misma edad que yo unos 17 años, que venía de otro colegio, a los días ya habíamos hecho amistad, por lo que me invitaba a su casa, me enseñó a jugar ajedrez, conversábamos sin pasar a más, pero con la certeza que yo le llamaba la atención. En esos años sentía que en cierta forma el también llamaba mi atención, pero no sucedió nada entre nosotros a más que unas insinuaciones que Álvaro hacia a menudo de que algo le gustaba de mi. Término la secundaria, y yo viaje con mi familia a un lugar apartado de la capital, y cuál sorpresa sería la mía, cuando llega al lugar donde ahora vivía, se quedó en la casa y le dijo a mi padre que me quería invitar a un sitio en la costa pacífica que era turística y el corría con los gastos. Sin problema armamos una pequeña mochila y arrancamos, el lugar era paradisíaco, playas grandes, sitios agradables, buena comida y sitios donde perderse y estar a solas sin nadie más. Alquilo una habitación pero la única disponible tenía una cama para dos personas, a lo que dijimos que no había problema. Luego de pasar el día disfrutando del sol y luego de unas cervezas volvimos a la habitación. Yo sabía ya del gusto de cada uno por el otro y esa noche yo quería saber hasta donde llegábamos, hacía calor por lo que tomamos una ducha cada uno por separado y luego nos recortamos y por el calor que hacía solo nos quedamos en ropa interior, pero al ...

... rato de acostarnos y hablar un poco me confiesa que siempre estuvo interesado en mi y que le gustaba un montón. Lo siguiente dio paso a que me diera un beso sutil que luego fue ensendiéndose hasta que nuestras lengua se movían una justo a la otra, lo que ya me tenía con mi pene erecto, me beso el cuello, las orejas, bajo a mi pecho y mis tetillas lo que me ponía a mil, su mano bajo a medias mi ropa interior haciendo yo lo mismo con la de él y sintiendo cada unos nuestros penes ya listos a todo, me masajeó despacio haciendo que mi líquido preseminal lo distribuyese  por lo glande, con sus dedos, lo que hice que parara pues era una de mis primeras experiencias sexuales con un hombre y la fantasía y ganas que tenía ya se estaban haciendo  realidad. Fue bajando lentamente hasta llegar con su boca hasta mi inglé  y yo me retorcía por el contacto de su boca, hasta que llegó a mi pene y le dio una lamida que por poco pierdo el aliento y solté un leve gemido de le hizo saber cuánto me gustaba. Pero no quería dejarlo solo a el prodigandome ese placer tan delicioso solo a mi, por lo que le indique que nos quedaramos en posición para para hacer un rico 69, a lo que acepto de inmediato y comienzo yo a despojar su glande del prepucio que cubria la mitad y hacer una masturbada lenta pero firme para terminar dejándolo cómo un garrote, pase mi lengua por su cabeza lamía a mi gusto sintiendo su líquido seminal salobre pero rico, hasta introducir su cabeza en mi boca primero deteniéndose ahí y ...