CITA SEMESTRAL CON EL DR. - Relatos Eróticos

CITA SEMESTRAL CON EL DR.

... quería terminar antes que él o si podía al mismo tiempo aunque a él le gusta que acabe yo primero por eso quería adelantarme, le dije ; que rico huele cabron, a lo que el respondió lo que haría que me chorreara como adolecente, hueles a pura leche pendeja, eres un pastel de mecos, me la enterró hasta el fondo y me daba empujones fuertes, ya no pude más y me escurrí … se siguió moviendo pues a él le faltaban unos segundos más y cuando iba a terminar alcanzo a decir, ¡toma culera ahí está la leche que te faltaba! y un leve instante más se vacío sentí dos o tres chorros y luego la calma más deliciosa del mundo, ninguno nos movimos ya más. Desenfundo su fierro de dentro de mí y me dio un pequeño escalofrió, se incorporó y se me acerco a la cara con la verga más gorda y llena de crema que le haya visto antes y me dijo en tono de orden deliciosamente seductora, límpiala, y lo obedecí, mientras lo hacía, me daba el tiempo para decirle que sabía delicioso, que el sabor era mejor que el de una sola leche, me devore su verga hasta dejarla brillosa de lo limpia que quedo, apenas termine de cumplir con mi orden y abrí las piernas en señal de descanso, pero mi marido no lo entendió así, y león hambriento se bajó a comenzó a limpiarme a mí con su lengua, es un maldito cabron, me dejo la vulva como la de una quinceañera, reluciente, limpia y rosa, pero demoro tanto en hacer es inmaculado trabajo que para cuando estaba por terminar yo ya estaba jadeando y retorciéndome suavemente por su ...

... limpiada que ya se había convertido en una franca mamada, le pedí que se detuviera, pero obvio no me hizo ningún caso y continuo hasta que, me vi obligada en gritarle entrecortadamente ¡ya cabron! Pero no me escuchaba no podía detenerlo, continuó decidido a que me viniera en su cara, empecé a sentir como se tensaban mis piernas y él también se dio cuenta de eso, así que dedico unos inmensos segundos a lengüetear mi clítoris y como un animal gemí y me llego el clímax, un orgasmo casi doloroso por hinchada que encontraba, pero más intenso que los anteriores, no podía ni ser tocada en lo más mínimo estaba extremadamente sensible, había quedado como recién bañada con la limpieza que me dio, a pesar de que me habían metido los dos leche para llenar, no aparecía huella alguna de eso, cuando mi esposo se retiró de entre mis piernas y se acostó a mi lado vi como ya su verga no estaba dura aunque le escurría el exquisito liquido transparente que las vergas tienen cuando se han preparado para penetrar una buena panocha, se veía hermosa pero ya no podía más en ese momento, lo abrace y le dije que había estado delicioso todo, me comento algo que extrañamente me éxito un poco más de lo que podía esperarse en ese momento que estaba exhausta, me dijo si el sabor que tenías hoy estaba exquisito. Cuando yo sabía que ese sabor era por la leche que me había echado mi doctor, le pregunte si le había gustado y me sorprendí su respuesta; ¡me encanto claro! Te mamaria tu chingadera aunque tuvieras la ...