Aprendiendo a compartir esposa ll segundo encuentro con Raúl - Relatos Eróticos

Aprendiendo a compartir esposa ll segundo encuentro con Raúl

... uno corto muy escotado y transparente que no ocultaba nada. A la caída de la tarde nos quedamos solos y nuestro amigo que no se había alejado mucho se nos acerco. Y se desnudo . El negro era mas joven que nosotros devia de tener unos 20 y era musculado y de rasgos agraciados y portaba una tranca enorme mas grande que las nuestras que no eran chicas. Pusimos a Teresa a mamar de ese cáliz. Y no pudo la pobre tragarse la entera. El negro la puso a 4 patas y se puso un gorrito y le penetró el coño desde atrás agarrándola fuerte por las caderas.  Raúl y yo le fuimos metiendo polla a mi mujer en su boquita. Poco a poco consiguió el negro ensartarla toda asta que sus negros huevos toparon con el culo de mi mujercita. Teresa con los ojos vueltos obtuvo su merecido orgasmo. Pero el negro no acababa más que empezar metió dos dedos en el coño de Teresa y empapandolos de los juegos de ella los introdujo es su culo . Teresa volvió a la vida sintiéndose sodomisada por los largos dedos de negro que le estaba dilatando el culo para algo más largo y gordo. La levanto y la sentó sobre su polla . El mismo peso de ella le hizo introducirse la herramieta ...

... del negro asta el fondo de su culo. El negro la levantaba y la dejaba caer como una muñeca rota. Teresa sólo gemia con los ojos cerrados. Yo estaba super excitado con esa visión.  No me lo pensé y me sitúe entre las piernas de mi esposa y presione con mi polla en su coño que se negaba a dejarme paso acaricie su clítoris y pude colar la cabeza de mi polla pero aún no me dejaba entrar toda. Raúl le sujetó la cabeza y le puso la polla en la boca. Y la obligó a tragarse su polla. Esto hizo que Teresa la muy puta se mojada más y pude penetrara entera . Los tres le dimos mambo cada cual por un orificio. Teresa tras varios orgasmos nos pidió que terminaremos y los tres nos corrimos en su cara . Se había echo de noche. Y ya era tarde para bañarnos. nos deedimos de Raúl quedado en vernos al día siguiente . Teresa y yo regresamos al hotel.  El recepcionista nos miro perplejo por las pintas que llevábamos sobre todo Teresa.  Cuando entró en la habitación cayó en la cama y se quedó dormida . Yo le quite el vestido playero regalo del chico negro única prenda que llevaba puesta y me acosté a su lado rememorando el día tan intenso que habíamos vivido.