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Me gusta espiar
Fecha: 14/12/2019, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Soy camionero , Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Hola soy camionero de 42 años, de Buenos Aires y viejo siempre hacía el litoral, mi esposa es de Entre Ríos donde quedo parte de su familia. Una sobrina de mi esposa se mudó sola a Villa Elisa para terminar la facultad, siempre me dice a ver tío cuando pasas a saludar. Dio la casualidad que anoche llegaba justo a Villa Elisa y le avise que pasaría a verla y conocer su departamento. Te espero con unas pizzas me dijo. Ella tiene 23 años delgada de 1.72 metros aproximadamente, pelo rubio lacio y largo, calculo que sus medias son 90 62 94. Fue elegida reina de la primavera en su último año de secundaria. Después de bañarme y comer ya pasada la media noche, le digo que me voy a dormir y me ofrece quedarme en su departamento ya que dormiría mejor que en el camión, entonces acepto y me dice acostate en mi cuarto que yo duermo en el sofá cama, le dije que no pero ella insistió. Ella tenía puesto un Jean ajustado dejando bien marcado su hermoso culo y una remera negra, cuando salgo del baño y la saludo con un buenas noches, veo ...
... que tenía en la mano un short que imaginé usarlo para dormir. Entonces entre a la habitación dejando la puerta arrimada apago la luz y empiezo a espiar por la cerradura, ella pasaba de un lado a otro terminando de acomodar las cosas, y de pronto entra al baño y ahí salgo despacio y espiando por la cerradura veo que se saca el Jean pero con el orto apuntando hacia el otro lado,ahí nomas la pija se me puso a tope. Vuelvo a la pieza y sigo espiando por la cerradura y sale del baño caminando con el short bien metido en el culo. Conté un millón para no tirarme sobre ella. No daba más de la calentura entonces con el celular me ilumine y abrí el cajón de su ropa interior, y no podía creer estar mirando todas sus tangas, ahí nomas las puse sobre la cama y comencé a pajearme, eran hermosas y en varios colores, con encajes. Hasta que no aguanté más y acabé sobre las 12 bombachitas que había sacado y todavía quedaban más que les juré que las aprovecharía la próxima visita. Ahora tengo ganas de volver pronto y poder contarles cómo me fue
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