Mi amigo el doctor - Relatos Eróticos

Mi amigo el doctor

Todo ocurrió cuando hacía las prácticas cómo enfermero, y llegó un grupo de médicos a hacer su año rural, allí estaba José, costeño, Moreno sin llegar a ser negro. Acuerpado de unos 1,70 CM de estatura. Hicimos buena amistad ya que lo asignaron al piso donde yo trabajaba, la verdad es que no no había pensado en el cómo para que tuviéramos algo. Para resumir mi relato y empezar con la parte erótica, es que terminó su año rural y se fue a la capital donde monto su consultorio donde atendía todo tipo de patologías como médico general. Yo ya me encontraba en un lugar donde tenía que trasladar pacientes para atención de urgencias. En una de las ocasiones de traslado de paciente tuve que hacerlo sin llevar nada de equipaje, luego de dejar el paciente en el hospital, me contacte con José, quien vivía solo en un pequeño apartamento y le comenté de mi viaje repentino y que no tenía ni ropa ni dónde quedarme por lo menos dos noches. A lo que me invitó a quedarme en su apartamento, el cual era acogedor, pero de un solo dormitorio y una sola cama de matrimonio, a lo que no le vi el problema de compartirla con el. Luego de ducharnos cada uno por separado, nos acostamos hablando de su paso por el hospital y las experiencias que vivimos al atender pacientes, y acá empieza lo rico de este relato. Todo se dio cuando nuestras piernas se rozaron y nos miramos con ojos de picardía, y me comentó que él siempre quiso tener algo más que una amistad, aunque yo ya presentía de sus gustos por los ...

... hombres. Su mano se posó en mi muslo y ya sentía yo que pasara algo más que un simple roce, su mano siguio por mi muslo hasta alcanzar mis genitales, por encima de mi ropa interior y ya mis líquidos preseminales, asomaban la punta de mi glande, introdujo su mano hasta tomar mi pene en su mano y frotar mi líquido en mi glande. Sin pensarlo más mi mano también se dirigió hacia sus genitales introduciendo mi mano en su pijama, palpando una buena verga de unos 19 CM. La cual ya empezaba a despertar con el roce de mi mano y el empezar a subir y bajar su prepucio de arriba abajo, ya nuestras bocas se fundían en un beso apasionado con nuestras lenguas buscándose deseosas de más. Sin más baje su pijama y quedó al descubierto su buen falo el cual deseaba ya saborearlo en toda su longitud. También me quito mi ropa interior y quedamos desnudos tocandonos y acariciando nuestros pechos. Le sugerí que quería sentir sus manos en mis nalgas para que las masajear ya que esto me ponía más arrecho lo cual hizo y ya me sentía que quería tenerlo dentro de mi, me Dios besitos en mis nalgas y las abría para que sintiera sus dedos juguetear con mi ano que ya palpitaba de ganas, y me dice sin más que siempre deseo haber tenido mi culito a su alcance y hacer con el la funda de su sable, que siempre me había deseado. Hice que se tendiera a mi lado y mis manos cogieron su pene ya duro, pero empecé por besarlo en el cuello, el pecho, sus pezones turgentes algo que lo hacía gemir de placer, fui bajando con mi ...