LA MÁQUINA (Primera parte) - Relatos Eróticos

LA MÁQUINA (Primera parte)

Estaba sudando nervioso, no lo podía creer.
Después de tantos avances y tantas pruebas, al parecer lo había logrado, una máquina que podía detener el tiempo que empecé a imaginar después de visitar la biblioteca y encontrarme un libro viejo sobre máquinas fantásticas. Lo tomé, lo leí y pensé que con los materiales que tenía podía intentar replicarla.
Ahora estaba en el sótano que ocupan para los artículos navideños  y otros trebejos y que yo casi vivía ahí para hacer mis experimentos.
Ahora tenía en mis manos la máquina (una especie de pistola con punta en forma de bola metálica), y la había puesto a funcionar viendo como el segundero del antiguo reloj de pared de madera de la casa se detenía mientras continuaba apretando el gatillo.
Lo solté y el segundero inmediatamente continuó su curso, pero pensé que eso podría ser una casualidad por lo que subí a la casa y me dirigí a mi cuarto pensando en experimentar con mi hamster pero al pasar por el baño escuché el sonido de la regadera en el baño -seguramente mi hermana se estaba bañando.
Con 12 años, mi hermana era un angel, 1.62 de estatura, delgada pero no flaca, blanca y pelo rubio, en pleno desarrollo y con unas hermosas nalgas (no la veía con morbo hasta ese día pero era el tema de discusión cuando mi mamá le decía "nalgona"), sus ojos azules completaban a la que fue reina de belleza de la primaria y la envidia de las otras mamás de su escuela.
Sin pensarlo, accioné el gatillo y dejé inmediatamente de escuchar el ...

... ruido del agua y vi como a lo lejos un pájaro se quedaba congelado cerca del patio. Estaba funcionando pero mi mente se empezó a perturbar al saber que del otro lado de la puerta del baño estaba mi hermanita totalmente congelada.
Con los nervios de punta y con el aparato en la mano, empecé a abrir lentamente la puerta del baño y vi como estaba la sombra de mi hermana tapada solamente por la cortina semi transparente del baño. Mi pene reaccionó poniéndose rígido al instante.
Agarré valor, me apreté mi pene por sobre el pantalón y sentí una corriente eléctrica de placer y finalmente abrí la cortina; mi hermana estaba de espaldas a la regadera mostrándose totalmente desnuda (congelada), ante mi, pude ver su cuerpo adolescente y abrí la boca extasiado.
Sus pechos no eran más que 2 limones redonditos con unos hermosos pezones rosados hinchados y pequeños. Bajé la vista y me acerqué a ver su entrepierna y al principio la vi hinchadita y lampiña pero al acercarme me di cuenta que empezaban a salirle unos hermosos vellos rubios rizados que la hacían ver más excitante.
Me acerqué por el otro lado de la regadera y me dieron ganas de bajarme los pantalones y terminar ahí masturbándome pues vi sus hermosas y blancas nalguitas redondas  casi rosadas, estaban riquísimas.
Me atreví y acerqué mi mano y acaricié su nalga derecha, la sentí suave al tacto y redondita.
Súbitamente me dio un ataque de vergüenza y reproche moral y me salí inmediatamente del baño cerrando la puerta.
Por un lado, ...