1. Duro trabajo


    Fecha: 20/11/2017, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... por delante de su cuello en dirección a sus pechos. En mi situación no pude evitar besar sus muslos ligeramente, mientras subía cada vez más arriba donde podía oler su delicioso perfume que emanaba de su entrepierna.
    
    La oí gemir levemente, y cuando levanté la vista hacia ella pensando que yo había provocado esa sonora señal de gusto pude ver como su cabeza estaba inclinada hacia atrás y Juan había levantado su sujetador acariciando sus pechos al tiempo que besaba su cuello. Qué pechos más hermosos tenía, sus pezones eran sonrosados y no muy grandes, ideales para ser succionados.
    
    Si él hacía eso, me dije, yo debía aprovechar la situación, así que con miedo empujé su minifalda hacia arriba y deslicé muy despacio su tanga esperando alguna reacción negativa. Pero esto no se produjo, es más, ella levantó su culo para facilitarme el que pudiera quitarle su tanga diminuto. Cuando se lo quité pude comprobar que estaba empapado por los flujos de su coño. Por primera vez pude ver su rajita, la más preciosa que nunca había visto, rodeada de una pequeña mata de pelo rubio y con sus labios turgentes y entreabiertos, brillando por su humedad. Me tiré sobre el como si quisiera zambullirme en una piscina, metí mi cabeza entre sus muslos y lo besé para luego pasar mi lengua a lo largo de él. Ella cerró sus piernas al sentirme y agarró mi cabeza empujándola con fuerza contra su sexo. Tenía que estar realmente excitada porque de su surco no paraba de salir su caliente jugo que me ...
    ... ahogaba.
    
    - Tumbaos sobre la mesa - dijo ella.
    
    Obedecimos al instante y sin darnos tiempo ya estaba bajando nuestras cremalleras y quitándonos los pantalones. Al ver nuestras pollas tiesas y duras se lanzó a lamerlas ferozmente, con salvajismo, recorriéndolas desde la base hasta la punta del capullo con su lengua. Para ayudarse mientras trabajaba una con la boca, usaba sus manos para menear la otra.
    
    Yo deseaba follarla, era el deseo de todos los hombres de la empresa, así que aprovechando que estaba mamando la polla a Juan me coloqué detrás de ella y se la hundí en su coño. Fue genial sentirla dentro de aquella gruta húmeda y caliente. Ella se movía con ritmo sin dejar de chupar la polla de mi compañero; acaricié sus redondos pechos desde atrás y con una de mis manos me entretuve en acariciar los pelillos rubios que rodeaban su coño.
    
    Después de estar un rato follándomela, ella propuso a Juan que se tumbara sobre la mesa, me besó y me dijo: "ahora le toca a él". Se subió a la mesa y sentándose sobre él se metió su polla hasta los huevos, moviéndose como si estuviera cabalgando un caballo.
    
    - ¡métemela por el culo!¡vamos! Os quiero a los dos dentro de mi.
    
    Me subí a la mesa y me coloqué detrás de ella. Desde esta posición separé sus nalgas y pude ver el sonrosado orificio de su ano. Lo lamí despacio hasta humedecerlo totalmente y cuando estuvo a punto comencé a meter mi polla en su interior, lo hice despacio, deleitándome con cada centímetro que iba entrando.
    
    - No os ...