1. Hermanas de leche


    Fecha: 21/11/2017, Categorías: Hetero Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... besar.
    
    -Eso habría que verlo.
    
    -Venga, bésame, a ver si sabes besar.
    
    -¡Qué asco!
    
    -Tú a mí no me das asco.
    
    -¿Te volviste tortillera con un par de besos?
    
    -No, pero, ¡cómo besa la condenada!
    
    -Yo beso mejor que ella.
    
    -Demuéstramelo.
    
    -Si fueras un hombre...
    
    -Cierra los ojos e imagina que soy un hombre.
    
    -Vale, va.
    
    Lidia le besó a su hermana los ojos, la nariz, la barbilla, le pasó la lengua entre los labios. Rebeca le metió la lengua en la boca. Lidia se la chupó, luego le dio la suya y se la chupó Rebeca. Se besaron acariciando las lenguas... Al final, Lidia, le volvió a besar la barbilla, la nariz, los ojos, le dio un pico en los labios, y le preguntó:
    
    -¿Quién besa mejor?
    
    Rebeca, abrió los ojos, y le respondió:
    
    -¡Jolines, vaya sofoco!
    
    -No me contestaste.
    
    -Besas mejor tú, pero ella tiene mejores tetas
    
    -¡Anda ya! Mis tetas son pequeñitas y duras como piedras. Las vuestras son grandes y fofas.
    
    -A ver, enséñame una teta. No creo que las tengas tan duras.
    
    -¡Más quisieras, aprendiz de tortillera!
    
    -Seguro que las tienes blanditas de magrearlas al masturbarte. ¿O no las magreas?
    
    -¡Las tengo duras!
    
    -Mentira podrida. No las enseñas porque las tienes blandas.
    
    -Vale, te enseño una, pero sin tocar.
    
    -¿Y cómo voy a saber si la tienes dura si no la toco?
    
    -Ok, pero palpar y dejar.
    
    Lidia desabrochó tres botones de la chaqueta del pijama. Le enseñó la teta derecha a su hermana. Era una teta como una manzana reineta ...
    ... con una pequeña areola rosada y un pezón como un grano de arroz. Rebeca, la palpó, y dijo:
    
    -Sí que está dura, sí.
    
    -Te lo dije.
    
    Le pasó un dedo por el pezón, y le preguntó:
    
    -¿La otra es igual?
    
    Le apretó un poquito el pezón. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Lidia.
    
    -Es un poquito más grande
    
    -¿Por qué tiemblas, Flaca?
    
    -Estoy nerviosa.
    
    -Enseña la otra a ver como es.
    
    Lidia guardó la teta izquierda y sacó la derecha. Rebeca se la volvió a palpar y le volvió a tocar el pezón.
    
    -Es un poco más grande, es. ¿Puedo chuparla un poquito?
    
    -¡No!
    
    Rebeca se puso mimosa.
    
    -Un poquito, por fa.
    
    -Vale, sólo un poquito.
    
    El padre de Lidia y padrastro de Rebeca, Leandro, un abogado cuarentón, alto y delgado, iba a darles las buenas noches. Abrió la puerta de la habitación y vio a su hija con los ojos cerrados y a su hijastra chupándole una teta. Cerró la puerta y se fue a su habitación silbando en bajito.
    
    Rebeca metió la teta entera en la boca y se la mamó. Al dejar de mamar, Lidia, sacó la otra teta y se la llevó a la boca a su hermana. Rebeca acabó mamando las dos tetas. Lidia, le dijo:
    
    -Estoy muy mojada, Gordi.
    
    -Y yo, Flaca. ¿Chupas mis tetas?
    
    -La vamos a liar parda si te las chupo. Ya estoy como una moto...
    
    -Lo que estás es como un tren, Flaca.
    
    -¡Bueeenooo! Saca la chaqueta del pijama.
    
    Rebeca se quitó la chaqueta del pijama. Lidia le magreó, lamió, chupó y mamó las tetas a su hermana. Unas tetas grandes con areolas rosadas y ...
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