Conociendo a mi abuela Dora - Relatos Eróticos

Conociendo a mi abuela Dora

... matrimonio la experiencia de él y la juventud de ella fue excelente en todo pero con el pasar del tiempo esa diferencia se hacía más notoria, mi abuela a sus 58 años  se mantenía en buena forma y con ese vestido que se había puesto aún llamaba la atención de los hombres. 

Era un vestido color rojo que marcaba muy bien su cuerpo  sus senos y su enorme trasero y con sus tacones al caminar se movían sus nalgas, baile con ella un buen rato hasta que vino un hombre y la saludo con bastante familiaridad y salieron a bailar. 

-! Johan ve y descansa un poco ya debes de estar aburrido de bailar con tu abuela... Mira ahí esta mi amiga con su hija .. ¡

Y le hizo una seña mi abuela a esa señora que vino con su hija y riendo se presentó conmigo y nos pusimos a conversar después salí con su hija a bailar mientras mi abuelo ya estaba tomando con otros amigos suyos, ya había pasado casi una hora bailando y riendo con Ana que así se llamaba la hija de la amiga de mi abuela. 

Cuando eché de menos a mis abuelos los busque con la mirada él estaba en el mismo lugar bebiendo pero ...

... a ella no la vi y tampoco al hombre que la había sacado a bailar eso me dio mala espina, así que fui a buscarla  porque mi misión era cuidar del ellos. 

Afuera había unos jardines  grandes y con faroles que lo alumbraban, iba por todo lado y no había señales de ella ya estaba por volver al salón de baile y vi unas sombras que se movían así que me acerco con cuidado no vaya a ser que fueran otras personas,  cada vez estaba más cerca y resultó ser una pareja y ahí reconocí la voz de mi abuela así que con más cautela me fui acercando. 

-! Ohhh.. Manuel.. qué haces? Mejor regresemos adentro recuerda que mi nieto está ahí y mi esposo.. dejame.. ¡

El hombre no contestaba nada solo le besaba el cuello y seguía metiéndole mano,  sus manos acariciaban con morbo sus  nalgotas ya que le había levantado el vestido hasta la cintura y pugnaba por bajarle su calzón, ella no hacía nada por impedir que siga solo su reclamo era verbal. 

-! Noo... respetarme eres el mejor de los amigos de mi esposo.. ohhh.. no digas... sueltame.. ayy. Manueeel.. ¡


(continuará.....)