Desayuno con mi hijo - Relatos Eróticos

Desayuno con mi hijo

anti me chupaba la polla lo más de lindo ese sábado en la mañana en la cocina luego de haber disfrutado de un agradable desayuno hecho por mí. Suelo ser yo el que se levanta temprano a cocinar pero entre semana el afán poco nos da tiempo siquiera para conversar así que me esfuerzo a veces para hacer algo especial los fines de semana, cosa que él decidió retribuir acertadamente con una buena mamada. Yo estaba de pie recostado contra la mesa completamente desnudo y él de rodillas todavía en pijamas, una camiseta de tirantas y un slip blanco ajustado perfectamente a su linda cola respingona. Su tierna cabeza dorada se movía de arriba a abajo en un constante vaivén que dejaba mi falo completamente bañado en su saliva mientras intentaba sostenerme la mirada a través de unos desordenados flequillos que le tapaban algo de la frente. Le gustaba mucho ir despacio, disfrutar cada centímetro de verga en su joven boca para luego, de un golpe, succionar con mucha fuerza e intentar llegar a mis huevos. Esto me sacaba siempre un sonoro gemido al que el chiquillo respondía con una sonrisa. Luego de unos cuantos minutos me corrí en su boca, dejando un fino hilo de leche que le escurría por la comisura de los labios. Pasado esto, se levantó y nos fundimos en un cariñoso beso.
Gracias por la comida, papá. El postre fue delicioso jeje