mi vecinito - Relatos Eróticos

mi vecinito

... niño era bien sumiso porque no dijo nada al contrario el más se abría las nalgas no sé si lo hacía porque le gustaba o porque le dije que todos los días le iba a dar galleta y refresco si se dejaba hacer eso.
Como vi que no se quejó me eche lubricante en dos dedos y se los empecé a atascar poco a poco y se iban desapareciendo en esa rajadita, la verdad no era lo mismo los dedos que mi berga pero quise correr el riesgo y le dije que mordiera su misma playerita se la puse en la boca me eché bastante lubricante en la punta del gorro le eche la entradita de su cola, se la empecé a poner lentamente por hora se batallaba bastante pero yo sabía que entrando la cabeza lo demás era lo de menos, y me propuse meterle la cabezota me volví a echar más lubricante y ejerci presión sobre el culito y le dije que sacará más la cola y se abriera bien los cachetes para que entrara y mañana le tendría un pastel, la verdad es lo incentivo porque se abrió completamente todo el fundillo Y fue cuando aproveche para dejarle caer toda mi cabezota que por fin entro, como sí es un poquito grande, me dijo que la sacara pero yo le dije que se esperará tantito que en un ratito le se le pasará el dolor, me estuve y alrededor de 5 minutos esperando que se le pasará y así fue cuando ya vi que no se quejaba le empecé a empujar un poquito más y más hasta que estaba más de la mitad de la verga adentro de ese culito pequeño le dije que si le estaba gustando y me dijo que le dolía pero qué sentía un calambrito en ...

... su pancita que iba directo a su penecito, entonces lo acosté en la misma posición pero boca abajo y fue cuando aproveché para darle duro a ese culito delicioso sólo se escuchaban pujidos ahogados ya que aún mordía su playera, estuvimos en esa posición un rato hasta que le dije que si se podía poner por favor de ladito en la cama y le llegue yo por atrás metiéndole nuevamente la berga despacito hasta que entró completa, como él no pesaba mucho era fácil manipular su cuerpo lo agarraba de las caderas lo movía hacia delante y hacia atrás haciendo que se traigara toda la riata, así estuvimos un ratito hasta que le levante una patita mientras estamos de lado se la seguía metiendo toda no aguanté más y me vine dentro de el, me paré y lo empine a él le dije que hiciera fuerza y sacara todo lo que le había dejado adentro para esto puse una toalla abajo de su colita era grandioso ver toda la lechita que le salía su culito cada que se echabs un pedito, y había dejado el abujero bien grande pero lo más maravilloso es que en ningún momento lloró, le limpie la colita con papel sanitario y le puse su ropita le dije que esto que había pasado en un secreto entre los dos y que todos los días podía venir a tomar coca y galletas y que mañana tenía un pastel para el, pero con la condición de que me pudiera dar el fundillito a mí y a otro amigo activo también vergón que le encanta los niños sólo sonrió y me dijo que sí se cambió y le di una bolsita de galletas y un refresco para que se lo llevara ...