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La profesora de matemáticas.
Fecha: 11/02/2020, Categorías: Sexo con Maduras Tus Relatos Autor: Narciso Bello, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
LA PROFESORA DE MATEMÁTICAS Tenía 18 años y entré en la universidad. Nos daba clase una profesora, que era un auténtico objeto sexual. No voy a revelar que asignatura daba pero la voy a llamar la profesora de matemáticas. Yo era un chico muy delgado y atractivo. La profesora solía agacharse y poner su culo en pompa. Tenía casi siempre unos pantalones de tela muy ajustados. También tenía unos pechos abultados que se mostraban en el ceñido jersey. Tenía 35 años y era muy bella. A los chicos nos volvía locos y siempre teníamos erecciones por la edad que teníamos. Me hacía pajas pensando en ese culo. Un día la profesora dejó de venir. Por lo visto estaba enferma y estaba de baja. Acercándose la Navidad me la encontré un día por la calle. Me saludo. Entramos en una cafetería y nos tomamos algo. Al principio me costaba mucho hablar por mi timidez. Me contó que tenía una depresión porque había un alumno de la clase que le gustaba mucho, con el que había tenido una relación, pero que salía con otra chica. Yo conocía al chaval que desde luego era un hombre que gustaba a muchas mujeres y se le veía saliendo con diferentes chicas. Me tomé una coca cola y nos despedimos. Llegó la Nochevieja y me invitaron a una fiesta, precisamente en la casa del amante de la profesora, Luis. Ya en la fiesta, iba camino de una borrachera. Así que iba al servicio constantemente. Fue cuando oí gemidos que procedían de una ...
... habitación. Abrí la puerta y contemplé una imagen que se me ha quedado para siempre. La profesora de matemáticas y tres chicos. Uno de ellos era Luis. Estaba tumbado en la cama y la profesora encima, follándosela, y encima otro compañero penetrándola por el ano. Al mismo tiempo la profe se la estaba chupando a otro varón. Cerré la puerta. Me puse muy caliente. No sé porque la profesora hacía eso. Quizás era una tía medio loca a la que le gustaban los jovencitos. Estaba muy cachondo. Tenía una erección y ninguna de las chicas de m edad me interesaba. Pasado un rato vi que se abría la puerta y la profesora iba al baño donde había una ducha. Debía estar un poco chispada y se le olvidó cerrar la puerta. Así que me colé dentro. Estaba en la ducha. Me desnudé y me metí dentro. Ella ni se inmutó. -Háztelo conmigo y no le cuento a nadie lo que sé.-le dije Ella no contesto. La cogí de espaldas de forma apasionada, con fuerza. Se la metí. Le metí un dedo por el culo. Comencé a follarla muy rápidamente. Yo gozaba con locura. Pero no me corría enseguida. Me pareció oír sus gemidos y es que ella estaba disfrutando muchísimo. Notaba su coño empapado y pegajoso. ¡Qué noche para ella! Seguí dando y dando hasta que me corrí salvajemente. Al mismo tiempo le metí dos dedos por el ano. Y ella gritaba de placer. Me vestí y me fui de la fiesta Estaba enamorado. Ella volvió a clase, pero no me hizo ni caso. Sufrí por ello.
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