Dayanita y el mecánico - Relatos Eróticos

Dayanita y el mecánico

... distraerse un poco sabía que ya no la cogería tanto porque al otro día iría su mamá por ella más tarde estando Eduardo sentado en el sofá se acercó la pequeña y le empezó a sobrar el bulto encima del pantalón hasta que se fue poniendo duro - dayanita lo vas a despertar y te voy a cojer - si don Eduardo - si quieres que te  coja princesa - si sr Eduardo si quiero que me coja , Eduardo se empezó a hacer el difícil para que la pequeña lo pidiera - hoy no me va a meter su cosota en mi colita? - quieres que te meta mi pájaro en tu culo mi amor? - si sr Eduardo - mejor no dayanita porque si le dices a tu mama se va a enojar te va a pegar y ya no te va a dejar venir - no digo nada sr Eduardo - será un secreto entonces si quieres que te meta mi pito en tu colita - si sr Eduardo - Eduardo sento a la pequeña en sus piernas para que sintiera su cosa después la llevo a su cuarto y dayanita se quito ma ropa y también su mecánico vergon, la pequeña se acercó a chupar otra vez el pene de Eduardo y después de un rato la puso al borde de la cama a y la empezó a cojer ...

... el culo de la pequeña, - así dayanita querías que te cojiera - si sr Eduardo después de un rato Eduardo lleno de semen el culito de la pequeña, se cambiaron y el Sr Eduardo saco un rato a pasear a la pequeña esa tarde se la pasaron divirtiendo y comprobado cosas para que la pequeña restara importancia a todas las veces que el mecánico se la había cogido, esa noche la pequeña sólo siguió chupandole el pájaro al Sr Eduardo pero este ya no la penetro para que su vecina no sospechara a la mañana siguiente la pequeña dayana sólo desayuno leche de hombre del falo del Mecanico quien sólo le dio permiso de chuparle el pene, después de todo ya había cogido bastante a la pequeña aquel maduro mecánico vergon y a la pequeña le había gustado jugar con el vecino mecánico y con su trozote de carne que tenía, más tarde llego la mamá de la pequeña que agradeció a su vecino por cuidar a la pequeña, la realidad es que agradeció más el mecánico por que se había cogido a la pequeña bastante y porque le había mandado ya tanto el pájaro que sentía que ya no tenía leche. Fin.