El Quiosco de revistas.
Fecha: 29/02/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Danisampedro91 , Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... buenas son, échales un vistazo por dentro ya verás, me decía siguiendo con su manoseo de mi culo.
Yo paralizado por la vergüenza y excitado como estaba, no decía nada, le dejaba que me fuera manoseando, mientras con nerviosismo iba ojeando aquellas revistas.
Por supuesto que el quiosquero no dejó pasar la ocasión, llevó su mano a mi paquete, viendo como estaba de excitado, ¡ufff como estás! Me soltó mientras apretaba mi polla y la manoseaba por encima del pantalón.
Yo cada vez más nervioso, intenté darme la vuelta y salir del quiosco.
Pero el quiosquero, perro viejo, al verme nervioso, me tranquilizó diciendo, tranquilo, espera que voy a cerrar y bajo las persianas así no nos ven.
Cerró la ventana por donde despachaba, bajando luego la especie de persiana que tenía el quiosco.
Así ya no nos ven. Ahora mira las revistas tranquilo que nadie nos va a molestar, me decía siguiendo con su manoseo.
Yo seguía sin reaccionar, seguía dejándole que me manoseara, mientras sujetaba la revista con mis manos e iba mirando nerviosamente su interior.
Tranquilo me decía el quiosquero mientras me iba metiendo mano. Mira como estás, me decía. Tu tranquilo que yo sé que te gusta lo que te hago.
Como seguía sin decir nada y le dejaba hacer, el quiosquero empezó a aflojarme el cinturón para luego seguir desabotonándome el pantalón. Una vez pudo bajarme el pantalón, tiró de él para abajo y metiendo su mano por mi slip, se apoderó de mi polla.
...
... ¡Ufff! Mira como estás, la tienes bien durita ¡Eh cabrón!
Empezó a menearme la polla suavemente, mientras me bajaba un poco el slip, liberando mi polla y pelotas. Mientras con su mano me iba descapullando la polla, con la otra bajaba el slip, hasta dejarlo a la altura de las rodillas. Llevó luego esa mano a mi culito, y mientras lo acariciaba, me decía ¡ufff que bueno estás, cabrón!
Yo nervioso y excitadísimo, no sabía que hacer, miraba la revista, y de reojo miraba lo que me iba haciendo el quiosquero.
Cuando me di cuenta, ya me tenía el pantalón y slip por debajo de las rodillas, y el muy cabrón no paraba de sobarme y meterme mano por todas partes. Aquello que me estaba haciendo me gustaba, así que dejé que siguiera.
Cuando volví a mirar de reojo lo que hacía, ya le vi la polla de fuera al quiosquero. Se había liberado su polla que era larga y estaba tiesa a mas no poder. No era una polla de esas enormes ni gruesas, pero si algo mas larga de la media, y se podía ver que se curvaba un poco, eso seguramente era por la excitación y lo duro que la tenía.
Mira, me dijo. Cógela con la mano ya verás que caliente y dura está. Llevó mi mano a su verga, y una vez la sujeté con mi mano, me dijo, descapúllala, y métela en la boca ya verás que rica sabe.
Yo empecé a descapullarle a la vez que se la acariciaba dando suaves meneos, mientras él jadeaba y me decía, anda, agáchate y chúpala un poco ya verás que rica sabe, ya verás como te va a gustar. Anda que ...