Con el quiosquero.
Fecha: 03/03/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... a correr si aquello seguía así. No paraba de relamerme deseando que el quiosquero empezara a desvestirme, y me enchufara la polla en el culo.
Pero el con una sonrisa en la boca, me acariciaba la pierna, mirando como yo no quitaba la vista a la película. El muy cabrón me estaba haciendo sufrir y él lo sabía. Quería que me excitara a tope y luego él follarme hasta reventarme.
Poco a poco la mano del quiosquero iba subiendo, y de acariciarme el muslo de la pierna, ya me estaba sobando el paquete. Luego fue como quien no quiere la cosa, aflojándome el cinturón, para pasar luego a desabotonarme el pantalón.
Una vez me tuvo el pantalón desabotonado, me hizo sacar la cazadora, luego prosiguió él sacándome la camiseta, está vez me la sacó por completo. Una vez desnudo de cintura para arriba, empezó a jugar con mis pezones. Los pellizcaba, retorcía, hasta que llevó su boca a ellos, empezando a mordérmelos.
Dios yo ya estaba que reventaba, no aguantaba más, llevé mis manos a su cinturón y empecé a aflojarlo desesperadamente. Luego que conseguí aflojarle el cinturón, hice lo mismo con el pantalón, se lo desabotone, bajé la cremallera, y metí mi mano buscando ansiosamente aquel rabo que tanto deseaba y necesitaba.
Mientras yo buscaba ansiosamente el rabo del quiosquero, este se desnudaba de cintura para arriba. Por fin pude liberar aquel rabo que con tanta desesperación buscaba, ahora ya lo tenía en mis manos y al aire libre. Me recosté sobre el regazo del ...
... quiosquero, llevándome aquella polla que me volvía loco, a la boca.
Primero pasé la punta de mi lengua por el glande que se asomaba, haciéndole dar un gemido al quiosquero, ¡ohhh! Soltó a la vez que llevaba sus manos a mi cabeza y me decía entre jadeos, que lengüita tienes perrita, eres toda una viciosilla, cualquiera lo diría, con lo formalito que pareces.
Yo abrí la boca, empezando a chupar aquel manjar que se me ofrecía. Todavía tenía restos de la anterior corrida, pero aquello me sabía a gloria, sujetaba la verga con mis manos, y subía y bajaba mi cabeza, tragándome aquel rico y sabroso falo. Con una de mis manos iba acariciándole los huevos, e intentaba bajarle los calzoncillos, quería liberar por completo aquella herramienta del quiosquero. Percatándose él de lo que yo estaba intentando infructuosamente, recostándose sobre el sofá, levantó un poco su culo, tiró de sus pantalones y calzoncillo, bajándolos hasta sus tobillos. Con un pie sacó uno de sus zapatos, haciendo luego lo mismo con el otro y terminando por sacarse el pantalón y calzoncillo.
Ya estaba el quiosquero en pelotas por completo, sentado en el sofá de su casa, dejando que un jovencito le chupara la polla desesperadamente, y ansioso por que le dieran por el culo, dejándolo bien preñadito.
Mientras yo chupaba y me deleitaba con aquel manjar, el quiosquero jugaba con mis pezoncitos, los pellizcaba retorciéndolos, mientras me decía lo perrita que era y lo que me gustaba la polla. Siguió ...