El instalador de ventanas - Relatos Eróticos

El instalador de ventanas

He sido una mujer muy recatada,  muy suertuda para los hombres pero siempre trato de estar con uno solo. Tengo 28 años, rubia, ojos cafés y muy tonificada, amo el gym.
Gerencio una empresa de ferretería y accesorios de construcción. 
Mi novio vive en otra ciudad y viaja los sábados para pasar los fines de semana conmigo y en semana solo es trabajo. 
Resulta que se contrataron varios instaladores para unas obras grandes en un edificio, y ya la contadora y la tesorera de la empresa habían comentado de que había un nuevo instalador de 25 años muy atlético, muy serio y entre mujeres decían que se le marcaba tremendo paquete. Yo no le puse mucho cuidado al asunto. 
Resulta que el último fin de semana estaba discutiendo con mi novio y no vino a mi apto ese fin de semana. Entonces quedé sin mantenimiento. Resulta que ya entre semana me empezó el cosquilleo y deseos fuertes por estar con mi novio. Yo le dije que viniera el jueves que lo deseaba y el seguía enojado. Igual me tocaba esperar. Ese día por la tarde estaba muy arrecha. Tenía muchas ganas y empecé a mirar por el vidrio de la oficina al famoso instalador y lo llamé a la oficina. El se llama Carlos y entró. Muy serio y ...

... correcto le pedí que me acompañará a una obra para cotizar. El de una accedió. Yo le mire el paquete como 2 veces y mi chochito palpitaba. Al ratito fuimos en mi auto a la obra y de allí le dije que se me había quedado un plano en el apto y le pedí que entrará. El accedió, yo no aguante y le dije que me besara. El con lujo de cuidado me beso intensamente. Me decía que yo era la jefe y que el hacía lo que dijera yo. Entonces le dije que fuéramos al segundo piso a la habitación de huéspedes y allí empezó la faena. Nos desvestimos y no lo comimos. Me penetro suave y la verdad si lo tenía bien grande me dolia al comienzo pero estaba muy bien lubricada. Por lo que así empezó el bombeo. Me hizo venir como 3 veces. Fue delicioso. Nos paramos nos duchamos y antes de vestirnos lo volvimos a hacer. Fue muy loco y rico. De allí nos fuimos para la oficina y lo deje en bodega. La tesorera me vio con el cabello mojado y me preguntó que había pasado. Jaja yo obvio negué todo.
Desde ese día siempre que veo nuevos contratistas y hay alguno que me guste lo llevo a mi apto y me lo como entre semana. Y los fines de semana atiendo a mi novio pero ya no necesito rogarle tanto. 
Espero les halla gustado.