Noches caribeñas 2ª parte - Relatos Eróticos

Noches caribeñas 2ª parte

... tetas tengo ubres... -y apretó los labios entornando la vista hacía su pecho- que le voy a hacer hijo... -siempre sonriendo y en tono de broma-

-Bueno Mari yo no creo que eso sea un problema mujer... -sonriendo y siguiendo el tono humorístico de la conversación, pero con un calentón como no había tenido en mi vida-

-Ah si eh, te gustan tetonas cochinote? -tratando de ponerme nervioso y bromenado-

-Bueno... Pues no te voy a engañar... me gustan bastante si... -estaba incomodo, desde ese momento sospecharía que me fijo en ella-

-No te pongas tan rojo cariño, conmigo puedes hablar de todo, que te conozco desde que naciste, además no voy a contar nada hombre... -había notado mi incomodidad y trataba de bajar la temperatura-

-¿Y no has probado a ir a un masajista? -traté de cambiar de tema-

-Sí, de vez en cuando me doy alguno y mejoro bastante la verdad, pero tendré que esperar todavía un mes a que volvamos a España para ver a mi fisio...

-Bueno, también te puede hacer alguno Javi hasta entonces...

-Uy sí Javier -entornando los ojos y con cara de asco- ese me parece que con pasarse todo el día de cervezas tiene bastante, suele volver bastante más tarde que tu padre, sobre las cuatro de la mañana, con un ciego de la ostia y a dormir la mona... -al ir contándolo se notaba el rencor, bien era cierto que su marido vivía por y para el alterne, me dió algo de lástima-

-Ah... -tampoco quería indagar más en el tema porque no era de mi incumbencia, no sabía que ...

... decir para salir del paso, eran demasiados cambios de tema en muy poco rato, y por ser cortés me salió esto- bueno si quieres puedo masajearte un poco yo el cuello y los hombros, si te apetece eh... -no sabía si a mí me apetecía hacerlo o no, sobarla un poco sí, pero también sabía que me podía ver excitado, de cualquier forma estaba seguro de que iba a declinar amablemente la propuesta-

-Pues mira si me haces el favor, me vendría muy bien que me lo hicieras, eres un sol -asintiendo y con buena cara-

-Pues sus deseos son ordenes -me atreví a decir alegremente a pesar de lo desprevenido que me pilló que aceptase- espera que salgo del jacuzzi y me pongo por detrás tuyo, ni te muevas, a ver como te gusta?

-Bueno tampoco te compliques cariño, masajea un poco por la parte de los hombros y el cuello y me conformo, encima de que haces el esfuerxo no te voy a pedir milagros...

-De esfuerzo nada -y comencé a pasar las manos por la parte alta de la espalda-

-Eres el mejor Fran -relajada y recostándose contra el jacuzzi-

Estuve alrededor de diez minutos dando masajes a María, tocando su suave piel morena y con un vista privilegiada de sus enormes berzas, me estorbaban un poco los tirantes del bikini pero ahora que sabía que era un amante de las tetudas como ella me pareció descarado pedirle que se los bajase, así que me limite a disfrutar de poder sobar su espalda, hombros y la parte superior de sus rellenitos brazos. A ella se le veía en la gloria, aunque no decía nada ...