Perla parte 1 - Relatos Eróticos

Perla parte 1

... de Perla, era su refugio. 
-	Así te ves muy bien amiga, deja solo ponerte un collar y ¡listo! - exclamó Nadia. Perla se dejaba hacer, mientras que Nadia arreglaba su look. 
-	¿Segura que me veo bien con esto? - te digo que te ves muy bien, confía en mi - Perla algo insegura de si misma se para y se ve al espejo. 
-	Mmm..., no lo sé, parezco... una ¡puta! - las dos se soltaron a carcajadas. 
-	Claro que no amiga, simplemente estoy resaltando tus atributos - dijo Nadia en tono algo burlon 
-	Créeme que jamás saldría a la calle así, seria la puta de la colonia 
Perla portaba un minifalda color negra, que muy apenas le cubría su hermoso culo y una blusa rosa con un escote que pareciera se le saldría un pezon al primer descuido, un collar que caía en medio de sus tetas y unos tacones altos. 
-	Guarda silencio y modela para mí, deja tomarte un par de fotos 
-	Nooo, claro que no, parezco una zorra 
-	Entonces porque tienes ese minifalda, si es de putas - en tono de reta. 
-	Es de cuando tenía 13 años y obviamente ya no me queda de lo largo, se lo daré a Pilar - algo frustrada 
- ya no te enfades, deja me lo pruebo yo - Perla se quito la minifalda y la blusa y se la dio a Nadia que estaba ya semidesnuda, sin brassier, solo con una pequeña tanga que solía usar y ...

... Perla al quitárselo también quedó semidesnuda, pero ella sí llevaba sujetador y unas bragas color rosa. Nadia se miraba al espejo y posaba muy sensualmente, casi al punto de levantarse un poco la minifalda, Perla se olvidó de vestirse y Nadia en lo suyo, tanto que no se percataron que Juan Carlos entró a la habitación sin tocar la puerta, el hombre quedó totalmente paralizado al ver a dos hermosas chicas, que una era su propia hija pero con ese cuerpo no podía negar que están muy buena y no pudo evitar tener una gran ereccion. Cuando las dos chicas se dieron cuenta de la presencia del espectador, reaccionaron rápidamente a cubrir su cuerpo. 

Nadia sólo tenía que cubrir su culo que lo tenía casi al aire libre con su tanga y cubrir sus tetas ya que al no traer sujetador se veían sus pezones a través de la delgada tela y el gran escote. 

- ¡Papá!, ¿que haces? - grito Perla 

Juan Carlos solo atino a ofrecer disculpas y decirles que estaba lista la cena, que bajaran a comer y huyo de la habitación sumamente avergonzado con lo sucedido. 

-	No puedo creer que me acabo de excitar con mi propia hija y su mejor amiga - se decía a sí mismo. 

Después de unos minutos bajaron las dos chicas a cenar. Todo era incómodo para los protagonistas de ese bochornoso momento.