EL TALLER DE PAPÁ - Relatos Eróticos

EL TALLER DE PAPÁ

Mi papá se divorció cuando yo tenía alrededor de 20 años, era un hombre joven, de buen cuerpo. Desde el día del divorcio nunca más hubo una mujer en mi casa, aunque yo pensaba que papá tendría sus aventuras lejos del hogar, nunca le pregunté sobre eso. A ambos nos gusta mucho el deporte así es que aprovechamos cada instante para salir en bicicleta o a a correr  y vamos regularmente al gimnasio. Un día papá me comunicó que pensaba poner un taller de reparaciones de automóviles, él sabía a la perfección ese rubro, lo podría al costado de la casa, teníamos mucho espacio que se perdía, así es que se arriesgó y comenzó con su taller, yo lo ayudaba cuando podía ya que los estudios no me daban mucho espacio, pero como me gustaba estar con papá y de paso aprender todo lo relativo a los coches por si me iba mal en mi profesión, gustoso lo acompañaba y aprendía. Al taller comenzó a irle bien por lo que se hizo necesario contratar a 3 trabajadores más. Un día papá me presentó a los nuevos trabajadores, eran hombres sobre los 30 años, se veía que conocían muy bien su trabajo, con el tiempo los 5 pasábamos casi todo el día en el taller, entre arreglos de coches, cervezas y conversaciones. En el verano trabajábamos bien ligeros de ropa, sólo con una polera y un short, porque el calor era insoportable. La primera vez que vi algo extraño fue un día en que al regresar de la universidad me fui derecho al taller a conversar con papá, desde la puerta que daba al taller y que tenía un gran ...

... ventanal vi a papá conversando animadamente con uno de los trabajadores mientras se inclinaba para revisar algo de un automovil, el hombre se puso detrás de papá y noté como poco a poco se fue pegando a papá, dejaron de hablar, se veía que el sujeto estaba tocando el trasero de papá, mi papá tenía una cara de estar gozando con aquello, luego el hombre le dio un beso en el cuello, se notaba que papá había estirado la mano y le agarraba el bulto al hombre. Lo que vi no me provocó rechazo sino una enorme calentura, empecé a pajearme al mirar lo que estaba ocurriendo, pero todo acabó cuando se sintieron las risas de los otros hombres que entraban con algunas compras, papá y el hombre de nombre Omar, se separaron al instante  y prosiguieron la conversación. Me subí el cierre del pantalón y me uní al grupo, comimos unos sandwich y unas cervezas, luego llegó un automóvil con una rueda en mal estado así es que volvimos al trabajo.
El día del cumpleaños de papá, le pregunté si quería celebrarlo, pero me dijo que le bastaba con unas cervezas, algo para picar y sus compañeros de trabajo. Por la noche llegó Omar, Santiago y Fernando además de papá y yo, entre cigarros conversaciones sobre coches, cervezas fue transcurriendo la noche hasta que apagué las luces y le llevé una hermosa torta con sus correspondientes velas, le cantamos el cumpleaños feliz y yo puse algo de música, rieron, pero luego comenzamos a bailar, poco a poco nos fuimos relajando y con el correr del tiempo bailábamos juntos, ...