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En un cyber
Fecha: 30/04/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Sebastián, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Me gusta frecuentar cyber de sexo en la ciudad donde vivo, a veces se cuenta con suerte y encuentras tipos con buena verga, otras veces no se encuentra nada bueno y termino haciéndome una paja o dejando que alguien me la mame, mi debilidad son las vergas negras, grandes y gruesas. Ufff debo decir que me vuelven loco y sacan esa perra en celo que llevamos todos los gays, cuando nuestro morbo esta al 100. Una tarde después de trabajar fui a mi lugar favorito, entre y casi no había nadie, luego llegó un chico moreno, alto como de 1,80, delgado y algo timido, me acerqué a él y disimuladamente empecé a tocarlo y el accedió a dejarse y luego baje su cremallera y desabrochar su jean, para tener entre mis manos una hermosa verga negra, estaba dormida, así que empecé a tocarla con mis manos y pasar mis labios, aquel miembro se fue poniendo erecto, y la excitación me ganó y delante de muchos hombres que ya habían en el cuarto oscuro se la empecé a mamar. Me sentía como una puta y ver como esos hombres me miraban con lujuria, pero yo solo estaba concentrado en ...
... ese hombre, no podía creerlo, tenía un macho como a mi me gusta, con una verga grande y llena de pelos, mamaba esa verga como un experto y ese hombre estaba como en el cielo, porque cerraba los ojos y lo disfrutaba mucho, alguien lo tocaba y el lo alejaba, pero el tipo era insistente, entonces él me dijo que nos fuéramos a mi cabina, ahí los dos solos pude concentrarme más y seguir devorando su verga, luego me pregunto que si podía penetrarme y yo obviamente dije que si, se desnudo y yo también, se puso un condón y yo me lubrique con algo de crema y el empezó a penetrarme, yo estaba encantado con ese macho y como me estaba comiendo el culo, el estaba sorprendido porque llevábamos bastante y parecía querer más, le dije que se viniera en mi boca, se quitó el condón y yo seguí mamando su verga, hasta que se vino a montones en mi boca y yo me tragué toda esa leche de ese macho joven, después lo besé y el se veía muy satisfecho. Ese día salí bastante contento de ese lugar, pues había comido negro, y como dicen en mi país, el que no come negro, no va al cielo
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