1. PERFECCIONANDOME DE PUTA CON UN MADURO


    Fecha: 01/05/2020, Categorías: Jóvenes Tus Relatos Autor: CAMILA, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Hola, soy Camila nuevamente. Continuo con mis grandes aventuras de sexo. Cada vez estoy mas caliente, no les voy a mentir y decirles que tengo relaciones todos los días ahora, mientras estuve de vacaciones mis perros me tuvieron todos los días y cuantas veces quisieron, pero una vez que se regresa a la rutina se hace dificil. Toda esa calentura acumulada por lo general la descargo bien los fines de semana. Mi novio ocacional no da a vasto conmigo así que siempre "surge algo" que me hace ir a otra parte. Son mis oportunidades de saciar mis agujeros.
    Esta necesidad me hace destaparme cada vez mas con otras personas. Esta vez conocí un viejo de Santiago del Estero, estaba haciendo un relevamiento para un informe por la contrucción futura de una autopista, por lo tanto me movía por zonas inospitas del norte de la provincia, poco o nada habitadas. Y como buena puta, lo menos que miro es si un hombre tiene apariencia de ser fino, con dinero o muy atractivo, simplemente mi morbo me hace mirar una persona y desearla.
    Esto fué lo que me paso cuando me detuve en un lugar vastante desolado, lo que recuerdo es que era un paraje cerca de Monte Quemado, camino de tierra, con un simple cartel que avisaba que vendían bebidas frescas. El otoño en esta parte de la provincia es como si no existiera, el sol calienta bastante aún a pesar de estar terminando la tarde. Se notaba que era un punto de parada o encuentro, alejados se veían los hornos para la quema de carbon, el corral con animales y ...
    ... hasta una perforación para el agua. A la casa la rodeaba un hermoso patio de tierra bien ordenado y limpio, al bajar del auto con mi cartera en mano sale un hombre alto y delgado a recibirme, de muy buen porte, recto, con manos grandes y duras por el trabajo. Caminaba con mucha firmeza y rápido. Nos saludamos y me invita a pasar a su almacen vacio de gente, de un lado gondolas y del otro mesas y sillas. Sin preguntarselo me explica que recien habría el local ya que volvia de sus rutinas propias de gente de campo (atender sus animales, etc.) y que antes de esta hora por lo general no llegaba nadie y que por lo general su local tenia movimiento los fines de semana cuando llegaban los camiones con provisionamiento para la gente que vivia en puestos dentro del monte y usaban su local como punto de encuentro y diversión (habia un pool, y un juego de sapo) que sucedía cada dos semanas, el resto con suerte se paraba algún viajante ocacional a buscar una botella de agua, y yo era la única en estos últimos 3 días. Vivia solo, no se escuchaba otra cosa que nuestras voces charlando, me paseaba por su galería admirando el paisaje mientras continaba su conversación y miraba sin disimulo mi trasero bien marcado por la calza que llevaba puesta. Debajo de mi campera deportiva solo acompañaba una blusa tambien deportiva con un amplio escote, así que con discresión baje el cierre de la campera para dejar ver mis pechos y me apoye inocentemente sobre el mostrador frente de él. Le pedí permiso ...
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