Dichosa curiosidad. - Relatos Eróticos

Dichosa curiosidad.

Mi amiga me pregunto si yo estaba loca, le había revelado mi fantasía repleta de antojo. Coger con un indigente; era una suerte de sentirme violada, prostituida, entregada a un tipo que lo vemos desagradable por aspecto y que aveces te encierran curiosidades de pensando en qué se harán la paja. Me repreguntó si era cierto que estaba decidida y volví a contestar lo mismo "SI", me bajó a tierra cuando me planteó de que los indigentes por lo general son gente fuera del sistema por haber estado presos o perdidos en el vicio...Dudé bastante y le pedí ayuda con respecto a si me decidía; ¿como?-cuestionó.-Bueno, pensé que si lo llevo a la cama podías estar escondida en casa y...Soltó un suspiro y dijo que no habría problemas, pero que me fijara bien a quien elegía y que no fuera de una y etc. Cuando una anda por los 25 de un relativo buen pasar una presencia que da para elegir y una amiga incondicional es natural sortear fases y descubrir el sexo de infinitas maneras, maduros estúpidos de bajo rendimiento, jóvenes entusiastas que no manejan la pasión y se enamoran y hasta lesbianismo pero no entre nosotras. Hice contacto con uno a la salida del super cuando iba de compras; fingí necesitar ayuda y cargamos la compra en el baúl del auto. Era como de mi altura,y lo primero que noté era lo difícil de calcular su edad, entre la mugre, su pelo y barba enmarañada y su rostro sucio con un andar encorvado que tal vez sea fruto de la situación, no era fácil estimar sus años. Le di una buena ...

... propina y le pedí que anduviera dentro de una semana, con los ojos super abiertos y una sonrisa amarillenta por los escasos dientes con sarro me juró que así sería. No me falló y habiendo arreglado con mi amiga ella ya estaba en casa esperando nuestra llegada para esconderse no sin antes haberme sometido a varias preguntas a las cuales respondí de que jamás se les pregunta porque están en esa situación. Cuando se arrimó debo reconocer que se había esmerado por mejorar su apariencia y olor, se mezclaba la ropa sucia con jabón barato y el pelo gomosos como su barba trataban de lograr una forma más prolija. Mientras cargaba los paquetes le pregunté si sabía arreglar jardines y pintar, se mostró entusiasta y me juró que lo que no sabía lo aprendería, me pidió donde debía ir y como llegar y el dije que viniera conmigo...bajó la vista hacia su propia presencia y le pedí que subiera. No sabía nada de él y no quería averiguarlo pero me inspiraba algo de confianza. Yo morocha bastante voluptuosa sin ser gorda tenía carne para manotear y muy pasional en la cama...cogía con gusto ya que lo hacía con quien yo elegía. Llegamos a la casa y después de bajar y acarrear las cosas fuimos al pequeño parque. ya habíamos estado solos dentro de la casa y no había mostrado ningún acto de curiosidad o de mando. Le sugerí que tenía ropa de trabajo para él si la quería incluidos borceguís de seguridad y que disponía de un baño para el aseo. Me dijo que gracias y que sin dudas quería bañarse bien, lo ...