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Mi querido profesor
Fecha: 01/07/2017, Categorías: Anal Autor: TuCenicienta, Fuente: CuentoRelatos
... presionar mucho para que aceptara. La verdad la idea de estar sola con él me dio, valga la redundancia, ideas locas de él y yo… Para cuando pisamos en departamento tenía una idea fija en mi cabeza: no lo dejaría ir sin saber hasta dónde llegaría conmigo. Con tal no perdería nada. Le indiqué uno de los cuartos para que se aseara, le di una manta y le dije que si deseaba podía tomar un baño caliente hasta que su ropa se secara. Aceptó. -Buena idea, afuera está helando- respondió. Hice lo mismo yéndome al cuarto principal que tiene una cama King, por suerte todo el mundo tiene una tanda de ropa ahí para poder quedarse los viernes que salíamos de fiesta. Antes de ponerme la ropa una idea me pasó por la cabeza. Me quité toda la ropa mojada y quedándome sólo en bragas me puse una toalla encima y unas pantuflas. Tomé la ropa mojada separándola de la seca y me dirigí a su cuarto. La puerta estaba vierta así que sólo aparecí. -¿Dónde está tu ropa mojada? – pregunté. Él se volteó y me miró de pies a cabeza antes de reaccionar torpemente y darme sus zapatos y el sweater. Objetivo 1. Cumplido. -Voy a ducharme – le dije volviendo a su habitación -. Si deseas puedes ducharte en ese baño – señalé el de la sala -. Pero es muy pequeño, porque mejor no esperas a que yo termine y te bañas en la ducha grande. Fue como una orden. Chris sólo asintió y sonrió. Sus ojos no dejaban de estudiarme… mis piernas. Mi pecho sobresaliente del filo de la toalla. Me di la ...
... vuelta e hice lo posible por contonearme para que me mirara. Él se quedó sentado en la cama con pantalones y la manta cubriéndole la espalda. Dejé la puerta de la habitación y del baño abiertas para tentarlo, me duché rápido y salí envuelta en toalla. Mi sorpresa fue grande cuando lo encontré sentado en la cama junto a mi ropa seca entre las que contaba mi ropa interior. No sé de donde nació ese lívido en mi... deseaba lanzarme encima de él en esa misma cama o abrirme la toalla para su deleite. Pero no… -Es tu turno – le sonreí. Se levantó y se detuvo a mi lado. -No tardo– dijo algo sonriente. El me encantaba como era algo tímido y reservado. Le daba algo de misterio… Me vestí con una camiseta y me quedé en bragas. Tapándome con una manta me dirigí al sillón y puse en un canal de una película de acción. Él se sentó a mi lado, pero no muy cerca como el sillón es algo grande quedamos algo separados por unos treinta cm. -Gracias por todo – me sonrió. -De nada, para eso están los amigos – respondí -. Me temo que no te irás pronto, sigue lloviendo y la ropa está lejos de secarse. -Nadie me espera en casa de todos modos– dijo de nuevo con una sonrisa. -Entonces puedes quedarte en ese cuarto. Dormirás caliente – sonreí. Él asintió y agradeció mi hospitalidad. Por dentro yo me daba de cachetadas por no abordarlo ahí, pero me daba miedo que me rechazara, pero el hecho de quedarse conmigo solos en un departamento al que nadie llegaría hasta el lunes me daba ...