Como me converti en carmen - Relatos Eróticos

Como me converti en carmen

... subliminal mensaje y se quedo con solo un pequeño boxer puesto, me hubiera gustado pasarme horas admirando aquella escultural figura, pero ambos estabamos tan anciosos que de inmediato nos fundimos en un nuevo beso esta vez me atrevi a sobar su pene por encima de la tela elastica de su boxer, caminamos unos pasos asta el sofa de la sala y mientras el se sentaba y recargaba cruzando sus brazos por detras de la cabeza yo me puse de rodillas frente a el en medio de sus piernas y lo ayude a quitarse el pequeño boxer azul que para ese momento ya tenia una enorme mancha de liquido seminal. Y de pronto aparecio ante mi aquel enorme trozo de carne ardiente de por lo menos nueve pulgadas, era de un color rosado con la cabecita perfectamente descubierta, las venas amenazaban con estallar, la base adornada por un escaso y corto bello pubico color cafe claro y mas abajo dos enormes testiculos desprovistos de vello pero rellenos de semen caliente para esta perra en brama, pense y me maraville, tome aquella bestia de carne con una mano mientras con la otra cobije sus testiculos y hundi mi nariz por varios segundos en aquel aspero vello pubico embriagandome con el delicioso aroma de macho dominante, del pequeño orificio de la cabecita brotaba precum a raudales sin pensarlo recogi cada gota de aquel elixir con la lengua antes de rodear aquella enchida cabeza con mis labios y comenzar a bajar poco a poco asta que el bello pubico hizo cosquillas en mi nariz y las palpitaciones involuntarias ...

... de su glande contra mi garganta me provocaron bascadas, repeti la operacion durante no se cuanto tiempo saboreando cada sentimetro de aquella enorme barra de carne ardiente, asta que de pronto todo el cuerpo de mi niño se tenso y al tiempo que me tomaba con ambas manos de la cabeza comenzo a bombardear mi garganta con gruesos chorros de semen espeso y delicioso, trate de tragar todo pero me fue imposible, parte del semen escapaba por la comisura de mis labios. Despues de varios minutos logre dejar limpio aquel hermoso pene, mi hombre me tomo de una mano para ayudar a levantarme y me atrajo asia el para que me montara encima suyo, mientras me volvía a besar apasionadamente, con una mano quitaba el hilo de mi cachetero de la entrada de mi cuerpo y guiaba su aun erecto pene, cuando senti la humeda cabeza contra mi pequeño orificio de amor, me estremeci toda y suspire descaradamente echando la cabeza asia atras y mordiendome un labio con placer mientras los delicados pliegues de mi ano cedian ante aquel delicioso invasor, pude sentir cada centimetro que se deslizo al interior de mi cuerpo, cuando por fin el aspero bello pubico choco contra mis nalgas mi esfinter se contraia y relajaba a voluntad propia acostumbrandose a aque extraño y delicioso intruso, poco a poco comence a subir y bajar asta que en pocos minutos cabalgaba freneticamente empalada en aquel delicioso pene mientras mi hombre no dejaba de masajear mis nalgas y hacer chupetones en mi cuello, mientras yo no paraba de ...