cómo perdi la virginidad con mi perro - Relatos Eróticos

cómo perdi la virginidad con mi perro

mi nombre es ana, tengo 18 soy morena, cabello largo tengo unas nalgas grandes y unas lindas tetas, el día en que cumpli 18 años mis papás salieron a un viaje por un mes, me quede sola y triste hasta que llegó la noche, estaba enojada, tome una botella de tequila de mi papá y empecé a tomar, no tomo mucho, así que termine mareada rápido y me puse caliente, tenia la casa para mi sola, cerré bien y me quie toda la ropa de pronto apareció mi perro un golden retriever enorme, lo tengo desde que era un cachorrito, yo estaba en mi cuarto el perro salto hacía mi apoyando sus patas en mis hombros, mi perro también era virgen casi siempre tenia el miembro erecto, abrace al perro y como esta pesado abri un poco las piernas, senti su miembro erecto rosando mi humeda vagina, se sentia tan bien, pero estaba algo mareada así que me senté en la cama con el encima mio, abri las piernas y movia mis caderas de manera en que frotaba su miembro, pero necesitaba algo más, lo subí a la cama y empece a masturbarlo, me lleno de leche, estaba espesa y pegajosa, decidí probarla y me encantó, me sentía muy caliente así que empece a mamar su rica verga, estaba cansada y tan exitada, puse dos almohadas debajo de mi cadera, mi sexo quedo expuesto, mis jugos resbalaban por mis piernas, me di una palmada en las nalgas y mi perro entendio, rápidamente me monto y trataba torpemente de meter su verga en mi vagina, con una mano me lo meti y el perro sin consideración daba duras embestidas mi vagina dolia empece a llorar, poco a poco se fue pasndo y sentí un gran placer, llevábamos como 20 mínutos recibiendo la verga del perro cuando llego la parte mas difícil senti un dolo horrible, me estaba metiendo su bola, mordi la sabana para no gritar pero no podía evitar gemir, su bola era enorme, me dolia mucho y trate de sacarla pero me dolia, nos quedamos pegados un rato más hasta que poco a poco se fue haciendo más pequeña y me la saco, simplemente nos quedamos dormidos en la cama