El masaje esperado
Fecha: 21/05/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Goloso árdiente, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Hola, les contaré mi último encuentro el que disfrute como nunca. Me describo, soy casado, 55 años algo gordito, 1.68, velludo, bisexual pero mi mujer no lo sabe, se hacer mis cosas para darme satisfacción en lo sexual con otro hombre, y es que la verdad hay días que mi ano pide ser complacido y es que siento cierta rasquiñita en mi culito que está pidiendo que lo atraviesen. Y en esta ocasión busque el número de mi amigo Camilo (nombre cambiado) que hace masajes de relajación muscular pero que cómo conocidos ya de algún tiempo, y sabiendo cómo disfrutábamos cada encuentro lo llame para que apartará un rato con migo ya que quería volver a verlo, Llame al número y me dijo que me esperaba a las 6 pm, ya que a esa hora quedaba libre, mi mujer sabía que si no regresaba a la hora acostumbrada era porque había algo en la empresa que requería que nos quedaríamos alguna hora más así que no había problema, llegue al consultorio, que tenía una camilla, un sofá grande en cuero, baño con ducha y cómo hacerse lavados rectales. Ya en compañía del mi amigo, que era un Moreno de 1.70 de estatura, nos besamos cómo de costumbre y empezó a desnudarme y en la camilla, me quedé sentado en ella para ver cómo se desnudaba el. Tenía músculos bien marcados, sin vello, su zona púbica depilada, y unas ricas nalgas, pero lo que era de mi principal interés fue ver una rica herramienta que colgaba frente a unas bolas un poco largas en su escrito pero ricas, con una cabeza que se encontraba cubierta ...
... por la piel, y que estaba flácida, pero que ya me encargaría de sacarla de su letargo, le dije que quería disfrutar de un rico masaje en mi cuerpo, empezó por ubicarme boca abajo en la camilla y con aceite y ubicándose a un lado mío me empezó a acariciar el cuello, la espalda, hasta llegar a mis nalgas, las que acarició y masajeó con firmeza separando mis nalgas para ver mi agujerito, luego la piernas, mis pies y luego regreso hasta mi cabeza y yo no perdía oportunidad para ver si rica herramienta, sin más le dije que quería tomarla en mis manos y me dijo que era toda mía, y sin más con mi mano derecha la tomé y empecé a bajar su forro para descubrir una cabeza redondeada, empecé a subir y bajar su prepucio y no aguantando más mi deseo acerque mi boca a su cabeza y el facilito la maniobra acercando más sus caderas hasta el borde de la camilla, mis labios besaron esa rica cabeza y mi lengua lamió su orificio, metí su cabeza en mi boca y empecé a mamar es rica verga para sentir como empezaba a tener una erección que al llegar a su máximo podía calcular unos 20 centímetros, de unos 14 de circunferencia, tamaño que mi anito ya estaba acostumbrado. Ya con su garrote erecto me pidió que me colocará boca arriba, y enseguida me acarició con su boca el cuello, las arejas y mis pezones que es algo que me gusta mucho, mientras su mano ya buscaba mi pene que no es muy grande para mi gusto, solo 17 CM. Y empezó a masturbarlo, ya su boca iba en busca de mi pene que ya estaba alcanzando ...