Matilda, guerrero del espacio (capitulo 29)
Fecha: 02/12/2017,
Categorías:
Humorísticos
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... achuchándola con sus cuatro brazos.
—Si, pero déjame respirar o te vas a quedar sin tu amor, —dijo Matilda riendo. Las tres mujeres se sentaron en una mesa llena de planos y papeles con anotaciones manuscritas.
—¿Dime, que necesitas? —preguntó Camaxtli.
—Necesito que me revises estos cálculos, —respondió entregándola varias hojas de papel—. ¿Entiendes mi letra?
—En la escuela no practicaste mucho con la escritura manual, —dijo Camaxtli revisando los documentos.
—Digamos que no era de las primeras de la clase, —respondió Matilda encogiéndose de hombros con una sonrisa.
—No me estoy enterando de lo que quieres, cariño, —dijo Camaxtli—. Entiendo que intentas calcular una cantidad de energía ¿pero para que?
—Necesito saber la fuerza que tengo que ejercer sobre una superficie para limpiarla de obstáculos.
—Eso es fácil, modulando los haces de partículas…
—No, no, espera… empecemos desde el principio. Como sabes, los complejos administrativos de Axos están protegidos por escudos, lo que quiero es disparar desde la orbita y hacer desaparecer todos los edificios del complejo para que los transportes de tropas puedan aterrizar en el solar resultante.
—Para eso necesitaras un arma nuclear de no más de un cuarto de kilotón, pero es imposible que puedas contener los efectos secundarios en el radio de acción directa del arma.
—No quiero armas nucleares…
—Cariño, entonces no es posible, porque disparando con las baterías principales de la Tharsis, no ...
... tendrías onda expansiva para limpiar los escombros porque crearías un cráter que te cagas.
—¡Mierda!
—A no ser que… —dijo Camaxtli.
—Te juro que como tengas una solución de morreo.
—¡Joder Matilda! no me digas esas cosas delante de Ushlas, que me da corte.
—Anda, anda, déjate de cortes. Venga, continua.
—Es un tema que hay que hilar muy fino, —continuo Camaxtli levantándose y acercándose a una antigua pizarra de colegio que había en la habitación. Estuvo inspeccionándola, buscando los controles hasta que por fin preguntó— ¿Dónde cojones están los mandos?
Matilda se levantó muerta de risa, y cogiendo un trozo te tiza se lo puso en la mano.
—¿Tengo que pintar con esto? ¡Qué pintoresco! —y comenzó a escribir ecuaciones incomprensibles para sus dos amigas. Desarrolló dos grupos de ecuaciones de varias líneas cada una rematadas con un resultado final que remarco subrayando con dos líneas paralelas. A continuación, más abajo comenzó a desarrollar dos grupos más de ecuaciones, estas más cortas. Matilda y Ushlas flipaban viendo a Camaxtli escribir signos a esa velocidad y como hacia los cálculos de memoria. Solo al final, cogió una tableta electrónica y consulto algunos datos. Finalmente, abajo del todo, empezó otra ecuación mucho más corta.
—Bueno, ya está —dijo Camaxtli señalando la pizarra con una de sus manos, mientras dos de sus brazos se ponían en jarras.
—¡Genial! Ahora explícamelo como si yo fuera tonta —dijo Matilda con el ceño fruncido.
El ...