Tino, mi perverso vecino, me rompe el culo en su casa.
Fecha: 15/06/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... recostado con mi pecho sobre la mesa del comedor, como me había puesto al principio, echó la mano a uno de los objetos que había sobre la mesa, empezando a untarme con su mano el contenido que tenía aquel objeto que parecía un tarrito.
Noté como resbalaba su mano por mi agujerito, introduciéndose primero un dedo, para luego hacerlo un segundo dedo, untándome de aquel lubricante, dejando mi culito bien abierto y listo para ser sodomizado.
Así maricón, así, decía el viejo y perverso de mi vecino, abriéndome de piernas, mientras colocaba la cabeza de su garrote en la entrada de mi agujerito. Una vez puso la punta de aquel nabo que me iba introducir, sujetándome por las caderas, presionó un poco haciendo que mi esfínter comenzase a abrirse, y dándome una fuerte estocada, enterró toda su virilidad en mis entrañas.
¡Ohhh! ¡ooohhh ohhh! Grité notando como mi culito se abría dejando paso a aquella larga y gorda verga quedando enterrada hasta los mismísimos cojones en mi interior.
Ya maricón, ya está, ya la tienes toda dentro, putita, me decía sujetándome por la cintura a la vez que tiraba de ella, haciendo que su verga quedase bien ensartada en mi culito.
¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba empezando a bombear su pelvis, sacando y metiendo su polla en mis entrañas.
¡Ay maricón que culito mas rico tienes! Me gusta lo estrechito y calentito que tienes el agujerito, cabrón, me decía taladrándome el culo una y otra vez.
...
... Yo gemía sin parar, allí recostado sobre la mesa, con las piernas abiertas y el culo ensartado por la verga de mi viejo y perverso vecino, mientras este me sodomizaba, haciéndome por segunda vez suyo.
Así mi nenita, así, goza de tu macho que te va a preñar esta barriguita, y te voy a hacer mi hembrita. Quiero que seas mi nenita y me entregues tu culito siempre que te lo pida, vas a ser mi amorcito, me decía dándome por el culo una y otra vez.
¡Ohhh mi nenita que gusto! ¡ohhh que gusto! Como me gusta tu culito estrechito y tan sexi, cabroncito, me decía sin dejar de culearme.
Yo estaba que no podía más, notaba como su verga entraba una y otra vez rozando mi próstata cada vez que su polla me sodomizaba, haciéndome gemir y que mi pene no dejara de gotear, derramando gotas de semen. Tanto era el gusto que estaba sintiendo, que sabía que mi corrida era eminente.
Y así fue, empecé a notar como una corriente que subía por mis cojones, me hacía llegar al orgasmo, empezando a eyacular sobre el suelo del comedor donde me tenía abierto de piernas dándome por el culo.
¡Ohhh! Me corro, me corro, ¡ohhh! ¡ooohhh! Gritaba largando varios trallazos de leche sobre el suelo, mientras mi viejo y perverso vecino me seguía dando por el culo.
Así mi nenita, así, córrete, córrete y goza del orgasmo que tu macho te ha hecho tener.
¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba el cabrón de mi vecino, follándome cada vez más rápido y profundo.
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