1. Cuál es el límite de una madre


    Fecha: 03/12/2017, Categorías: Incesto Autor: Casada, Fuente: CuentoRelatos

    ... partes. No podía parar… o mejor dicho no quería que él se detuviese…
    
    Me sentí desfallecer cuando sus manos se metieron entre mis piernas y por sobre mis bragas comenzó acariciarme mi sexo… De ahí en adelante todo fue una locura. Mi cuerpo se entregó completamente a los deseos incestuosos de mi hijo, sin poder frenar comencé a gozar como una loca.
    
    Ya ni siquiera oponía resistencia, me entregaba como un pedazo de carne para que Andrés me utilizase como quisiese…
    
    Lentamente comenzó a desnudarme, y me calentaba más ver la expresión de su rostro al estar descubriendo el cuero desnudo de su madre. Ese cuerpo que tantas veces le oculte y que ahora era completamente suyo.
    
    Su obsesión me confesó que siempre había sido mi vagina, y completamente entregada le dije que era completamente suya. Y saboreándose se metió entre mis piernas, comenzando a chupar mi sexo frenéticamente… el paraíso era poco comparado con lo que sentía, me contenía las ganas de acabar copiosamente en la boca de mi hijo... quería que ese momento no acabara jamás, pero también quería ...
    ... disfrutarlo, así que le coloqué mi sexo sobre su cara y quedando con su verga a la altura de mi boca, comencé a chupársela desesperadamente.
    
    Entre gemidos le confesé que ya no aguantaría mucho rato más y que deseaba sentir su leche dentro mío... que me llenase mi sexo de semen caliente, blanco, ardiente… Y cambiando posición si dejar de saborearse… me miraba sin perder detalle, y lentamente, muy suavemente me apuntó su verga a la entrada de mi lubricada cueva.
    
    Confieso que con solo sentir como su verga me penetraba que causo el mayor placer nunca antes experimentado y cuando la sentí toda adentro mi cuerpo no aguantó más y casi gritando comencé a acabar monstruosamente mientras mi hijo me penetraba violentamente alcanzando también su orgasmo.
    
    Sentí como su leche caliente se metía hasta lo más profundo de mi ser, llenándome de gozo, saciando mi sed de sexo, por años reprimidos.
    
    Espasmo tras espasmo fui botando un volcando jugos sobre el cuerpote mi hijo, que apretando fuertemente sus dientes expulsaba hasta la última gota de semen en mi interior… 
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