1. Aquella noche de Jazz


    Fecha: 04/12/2017, Categorías: Confesiones Autor: Cascada, Fuente: CuentoRelatos

    Pedro y Macarena son amigos del trabajo se ven desbordados por una tensión sexual insoportable y nunca satisfecha dado el estado civil de estos. Pero una noche decidieron poner fin a esto.
    
    Llego aquella noche que ellos habían planificado, la excusa fue una noche de jazz, compartir un momento musical y olvidarse de sus respectivas parejas. El contacto carnal no estaba garantizado, pero si distenderse y pasar una amena velada. Macarena es rubia, de ojos claros, pechos grandes y lindas piernas. Pedro es flaco, de facciones angulosas y altura intermedia.
    
    Pedro decidió esperar a Macarena en un club de Jazz nocturno, el local estaba escondido y era secreto, las paredes eran de madera y la iluminación muy limitada. Pedro lucía una camisa blanca y un pantalón vino tinto, se ubicó en una mesa del fondo y dada su ansiedad llego temprano. Mientras esperaba a su amiga, el observaba como los músicos preparaban sus instrumentos. Instantes más tarde llego ella, luciendo un tapado con transparencias, una musculosa ajustada y escotada que hacían lucir sus voluminosos pechos, abajo un jean y zapatos con tacos.
    
    Ambos dos sabían que se trataba de una cita única y muy deseada. Los momentos iniciales fueron con cierto nerviosismo, ellos recordaron viejas anécdotas mientras degustaban una sangría y escuchaban el seductor sonido del jazz. Al cabo de unos minutos el jazz progresaba en intensidad y la confianza entre ellos producto de la sangría también lo hacía. Cada tanto el contacto se ...
    ... iniciaba con leves mimos en las manos y abrazos entre risas. La tensión crecía, y x momentos las miradas se congelaban entre ellos, sabiendo que en algún instante algo iba a pasar.
    
    El show de jazz culmino y ellos ya un tanto borrachos y algo cachondos decidieron continuar la noche en el apartamento de Pedro. Al llegar al lugar, Pedro le pidió a su amiga que se ponga cómoda, mientras que el traía cervezas y ponía a sonar un disco de Jazz de Miles Davis. Macarena se ubicó en el gran sillón de 3 cuerpos y se quitó el tapado, llevo un cigarrillo a su boca y le pidió fuego amablemente a Pedro. Él se ubicó al lado de ella y le arrimo un fosforo encendido. La tensión crecía y crecí. A él le costaba mucho no desviar la mirada hacia los espectaculares pechos de su amiga. Macarena fumaba sensualmente y sonreía notando las miradas de su amigo.
    
    Instantes más tarde la música se frenó, ella amablemente se ofreció a cambiar el disco. Segundos después Pedro decidió ayudarle y sin querer rozo su pelvis con la cola de Macarena, quedando así los cuerpos muy cerca. Ella sonrió y el jazz volvió a sonar. Pero Pedro ya desbordado se apoya nuevamente contra la cola de su amiga, pero en esta oportunidad lo hace mayor intensidad, haciendo sentir su miembro y acariciando suavemente los pechos de la dama. Macarena suspira y desprende un leve gemido. El ambiente era totalmente insoportable. Pedro comienza a besar la nuca de su amiga y ella rápidamente se da vuelta para luego fundirse en apasionado ...
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