1. Don Benigno


    Fecha: 06/12/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... hacía una vez a la semana si acaso y en los cinco meses de casados, tan sólo había logrado alcanzar pocos orgasmos tan pocos que sobraban dedos de las dos manos para contarlos.
    
    Las caricias sobre su vulva y sus nalgas la tenían completamente entregada, hasta que de momento debido a un agudo dolor que sintió dentro de su culo, abrió sus ojos desesperadamente, el jodido viejo se la estaba clavando por el culo. Pensó resistir las embestidas Benigno, pero éste se quedó quieto por un momento contemplando los abiertos ojos de la que en esos momentos era su mujer. Mari apenas pudo susurrar. Me duele, sácamelo por favor. Pero Benigno comenzó a pasar su mano por sobre los labios vaginales de la vulva de ella, distrayendo ligeramente su atención, mientras que le decía, mira mi negra lo primero que me impactó al verte adivina qué fue, a lo que ella algo confundida respondió que los ojos, los cuales siempre desde pequeña le habían dicho que eran muy hermosos. Benigno la corrigió diciéndole. Estás equivocada, lo primero que me llamó la atención de ti fue tu hermoso y sabroso culo. A medida que continuaba introduciendo su verga dentro de las bellas y duras nalgas de la chica, y al tiempo que por las mejillas de ella corrían un par de lagrimas.
    
    Benigno le continuó hablando para tranquilizarla, y dando tiempo a que ella pasase el dolor, y a medida que le hablaba se lo iba metiendo más y más hasta que sus testículos ya no podían moverse por encontrarse aprisionados entre el cuerpo de ...
    ... él y parte de las nalgas de ella. Durante esos momentos se quedó un rato quieto pero continuó acariciando con mayor insistencia todo el coño de la delgada muchacha. Mari por su parte sintió un fuerte dolor que en cierto momento le hizo saltar un par de lagrimas, pero la manera en que Benigno le estaba acariciando el coño, rápidamente la distrajo y se concentró más en el placer recibido que en el dolor que soportaba en esos momentos. Pasaron unos cuantos minutos mientras que el hombre permanecía sin moverse, y no fue hasta que ella comenzó a menear sus caderas que él comenzó a meterlo y sacarlo con calma.
    
    Mari lo tenía enterrado hasta el propio fondo de su culo, y lo que en principio parecía ser un dolor insoportable, se había convertido en una fuente de placer incontrolable. La chica movía sus caderas como una desesperada, mientras que él aparte de darle por el culo como nunca antes hombre alguno se lo había hecho, acariciaba el velludo coño de la joven mujer y en repetidas ocasiones la hizo ver las estrellas, Mari había vuelto a disfrutar de un sin numero de orgasmos, estaba como loca completamente entregada a su amante y él a ella. La diferencia de edades parecía no existir entre ellos dos. Finalmente, Benigno llegó al punto en que se dejó venirse, dentro del sabroso y tierno culo que se estaba comiendo en esos momentos. Mari notó que su nuevo amante se encontraba eyaculando dentro del culo de ella y procuró sentir su semen dentro de sus entrañas, ella juraba que algo ...
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