Mi Madre y Yo, Un mes de Incesto real, ya no podemos parar - Relatos Eróticos

Mi Madre y Yo, Un mes de Incesto real, ya no podemos parar

... del colchón se confundían con sus callados gemidos rompiendo el silencio de la habitación,sus primeras palabras de aprobación hacia mi desempeño sexual – sii asi asi, asi asi– mi sudor cayendo sobre su rostro. La segunda vez, sucedió solo una hora después, desbaratandonos entre las sabanas de su cama, iniciamos con un –tu papá nos va a descubrir – pasando por -si, me encantas que me cojas- la cama golpeaba la pared  en signo de complicidad, -voltéate- le dije. Ella no me escucho bien pero su cuerpo si, la puse en posición perrito, extasiado por tener tremendas nalgas a mi disposición continué bombeando su cosita.-Que rico, que rico, me cojesss- Ya con la luz del sol delatando nuestros cuerpos desnudos, volvimos a hacerlo una 3º, 4º y 5º vez antes de dejar de estar solos. Mi familia estaba reunida en casa, sanos y salvos pero yo solo pensaba en una cosa: El cuerpo de Julia, mi madre

Con el peligro de ser descubiertos, teníamos rapiditos en la cocina, en el baño o en mi habitación, con la promesa de que sería la última vez, terminamos acostándonos 6 veces mas, ya no podiamos parar, el remordimiento y el deseo nos consumía, dos veces olvido su anillo de bodas en mi cuarto, yo me quede con uno de sus sostenes y 3 de sus calzones como trofeo de guerra. Me llenaba de felicidad, sentir sus senos apretados contra mi pecho mientras la abrazaba en las fiestas, la diferencia es que ahora no se interponía ni su vestido de florecitas, ni su camiseta de coca cola, hicimos de nuestra ...

... rutina encontrarnos vestidos solo con boxer, sus calzoncitos y brasier, Parecía imposible tener el primer encuentro sexual y ya íbamos por los 20, ella siempre radiante, empezaba avergonzada y terminábamos exhaustos. Volveríamos a quedarnos solos en casa, apenas marcharon mi padre y hermano de madrugada en el auto para llevar ayuda a unos familiares del campo, no pasaron ni cinco minutos cuando entre en su habitación y la encontré temblando en su cama – ¿ya se fueron Sebastian?- me dijo , -si Julia ya se fueron- le respondí.

Escondí una cámara para filmar ese momento, no se grabo muy bien el vídeo, me habría encantado haber enfocado bien el momento en que me la comí todita – date la vuelta- y ella solita lo hizo, empino su colita hacia mi, confiada de que la iba a seguir penetrando pero ahora de perrito. No fue así, eche un poco de saliva a mi Glande y rápidamente lo dirigí a su Ano, apenas desapareció la cabeza de mi pene por su recto, ella pego un grito de dolor, estuvo a punto de bajarse de la cama pero la acomode nuevamente ahora si taladrandola en esa posición por su vagina, se puso tan arrecha que no se dio cuenta cuando intente metersela por el ano por segunda vez –que me quieres hacer, eres un cochino- añadió. El tercer intento dio sus frutos, pero me dijo –hazme lo que quieras, pero ponte condón, abre el ropero y saca de esa caja verde- ni corto ni perezoso, rompí la envoltura, deslice el latex a través de mi verga y me puse detrás de ella, su enorme culo estaba ...