HISTORIA DE UN AMOR - Relatos Eróticos

HISTORIA DE UN AMOR

... manos en mi cuerpo son como fuego que lacera mi alma. Con cada caricia que me brinda, cada vez que aprieta mis carnosas ancas siento el climax llegar; cada vez que amasa mis tetas y cada vez que aprieta fuertemente mis pezones, con cada golpe sonoro con que castiga mis nalgas, siento el climax venir.
Sin cambiar posición, aun de rodillas levanto el torax y mi boca busca la suya, él siempre dentro de mi; al borde del lecho con mi espalda bañada en sudor siento el contacto ardiente de su pecho y con mi mano acarcio su nuca mientras nuestras lenguas se entrelazan dando inizio a una danza procaz de pasión y lujuria; con una mano acaricia mis tetas y con el otro brazo rodea mi cintura y me atrae hacia él con fuerza de macho, muy fuerte, como queriendo convertir en uno nuestros dos cuerpos; él siempre dentro de mi, embestida tras embestida, siento el climax llegar.
Su respiración es agitada, casi tanto como la mia, besa mi cuello y yo me siento derretir ante el calor de su inquieto respirar; introduce su lengua rugosa en mi oido y mi cerebro no puede mas; embestida tras embestida me pierdo en el laberinto erotico donde me ha transportado este macho, mi cuerpo flota en un lugar irreal donde el tiempo y el espacio no existen, existen solo las embestidas y la rugosa lengua. Ahora muy cerca, un hilo de placer nace en mi ser, lo siento crecer; con cada arremetida del musculo viril contra mi ultrajado cuerpo siento el climax crecer. Con su ...

... aliento en mi nuca, siento el climax al maximo. Siento su falo hincharse dentro de mi y siento liquidos hirvientes derretir mis entrañas, siento sus brazos aprisionarme hasta casi dejarme sin respiro.......
Y finalmente, estalla el climax y no se mas de mi, sonidos guturales emergen de mi garganta, intensos temblores recorren mi cuerpo y falto de fuerzas no es ya capaz de sostenerse. Y cae, cae hacia adelante vencidoy y con él cae mi amante, siempre dentro de mi, unidos en este climax vigoroso y eterno. Asi postrada y con la inmensidad de mi hombre sobre mi, embestida tras embestida, se desata en mi una serie de contracciones que actuan estimulando aun mas el duro mazo de mi dueño y este en sintonia con mi agonia  continua a bombear liquidos ardientes en mi ser, un delicioso sincronismo de contracciones y eyaculaciones que me parece durar en eterno.
Lentamente las contracciones van desvaneciendo, la respiración se hace mas calma aunque esporadicamente interrumpida por suspiros que emergen desde el fonfo de mi alma. El dulce musculo masculino del placer inicia a perder rigidez y al improvido se desliza abandonamdome y al salir provoca un profundo estremecieminto en mi naturaleza aun muy sensible al minimo estimulo. El acaricia mis cabellos, beso su mano y agotada por la batalla apenas combatida, caigo en un sueño profundo y reparador
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