1. La cartera


    Fecha: 16/06/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Hola a todos, me llamo María Dolores, pero me dicen Lola, tengo 50 años, casada, mis hijos ya son mayores, trabajo en Correos, repartiendo la correspondencia, soy una mujer, digamos, rellenita, se que tengo buenas piernas, y es de tanto caminar, pero lo que mas resalta en mi, son mis tetas, como dice mi marido, el tamaño justo, jajajaja. Con mi trabajo he conocido infinidad de personas, pero en la urbanización que hay a las afueras del pueblo, vive un señor argentino, que siempre le llevo muchos paquetes para su hija que es el que realmente me ha llamado la atención. Un hombre que si bien no es muy alto, si se le ve muy fuerte, cabellos largos, la barba mas abajo del pecho, con muchos tatuajes, siempre usa un pañuelo en su cabeza, es el típico motero de las películas. Su acento y su forma de hablar tan dulce me gusta mucho, siempre me quedo hablando con él, lo que mas me gusta, como a toda mujer, es que siempre tiene un piropo para mi. La semana pasada estaba yo en Talavera de la Reina haciendo unos mandados, cuando por accidente me encuentro con Eduardo, que estaba comprando alimentos para sus mascotas, tiene unas mascotas de lo mas curiosas, a la mayoría de la gente les da grima el verlas, incluida yo, pero son sus mascotas. Cuando nos vimos, nos saludamos, me invitó a tomar algo en una terraza, a lo que le dije que no, ya que por mi trabajo, me conoce mucha gente y no quería malos entendidos con mi marido. Me dijo de llevarme al pueblo en su moto y le dije que sí, y si ...
    ... también quería ir a su casa a tomar una cerveza con él y seguir conversando, a lo cual también acepté. Era la primera vez que viajaba en una moto tan grande, iba agarrada de su cintura y un poco asustada. Sentía el aire en mis piernas y mis pies, ya que estaba de bermudas y sandalias. Llegamos a su casa y no me quité el casco hasta no estar dentro, ya que no quería que nadie me viera la cara. Me dio una lata de cerveza y le pregunté si eran los únicos animales que tenía, los del salón, "no, en el dormitorio tengo más, queres verlos?", me dijo. A mi me dio un no se que pasar a su dormitorio, pero lo vi un hombre muy respetuoso y accedí. Nos sentamos en los pies de su cama y estaba viendo una de sus serpientes, "parecemos marido y mujer sentados en la cama viendo tus animales", le dije, bebiendo un trago de cerveza, que estaba bien fría, "si fueras mi mujer, no estaríamos viendo los animales", me dijo, mirando mi cara, "y que estaríamos haciendo?", le pregunté tontamente, a lo que él me cogió el mentón y me dio un beso en la boca, "oye, que eres muy lanzado", le dije, sintiendo como pasaba su brazo por mi cintura y me atraía mas hacia él y me volvía a besar, pasando su lengua por mis labios. Me sentí tan extraña besándome con otro hombre que no era mi marido, que cerré los ojos y abrí mi boca, buscando con mi lengua la suya, sintiendo como nos dejábamos caer en su cama y su mano, mientras nos besábamos, buscaba una de mis tetas. "Eduardo, que soy una mujer casada", le dije, pero ...
«1234»