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Me enamoré de una prosti (parte 3)
Fecha: 11/12/2017, Categorías: Hetero Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues
... lengüeteado la argolla con tanta dedicación estaba cerca de un orgasmo cuando apunté el glande a su asterico ejerciendo leve presión. Se quejaba de un dolorcito que estaba menguando al quedarme quieto con la punta del pene dentro de su anito mientras le aconsejaba siempre tener a mano una crema que facilitaría toda la operación, dado que un cliente no le chuparía el culo y que exigiese extrema suavidad cuando se la metían por atrás. Lentamente le estaba metiendo la barra carnosa por el ano mientras le estimulaba la puchita a mano para distraerla, no sería muy placentero hacer caquita hacia adentro la primera vez. Al preguntarle si estaba bien decía entre suspiros que le gustaba sentir cómo le estaba entrando por el culito un barra gigante y caliente; no era tan gigante pero al ser su primer anal la sentiría así. Le seguí dando dedo en la vagina hasta que se retorció con un orgasmo aprovechando el instante para meterle el pene a fondo dentro del culo, la pobre gemía de placer y dolor recordándole que un cliente sería mucho mas bruto al encularla. Al culearla cadenciosamente se estaba acostumbrando y me pidió que se la sacase por haberse terminado las lecciones, ni loco me dejaría a medias y tomándola de la cintura le enterré el gusano hasta el fondo con mucha fuerza hasta eyacular dentro de su tripita. No la solté hasta se me ablandó el bicho saliendo solito entre peditos con semen que soltaba avergonzada la chinita mientras le recomendaba que debería apretar el culito para ...
... evitar esos sonidos que disgustarían al cliente. Quedamos jadeando en la cama abrazándonos felices que ambos habíamos alcanzado el clímax, al final habíamos cojido contra sus predicciones y se reía por la situación mientras nos comíamos la boca. Yo bromeaba que ahora debería cojérmela en varias posiciones comprobando su aptitud para el trabajo mientras ella riendo me apretujaba el bicho muerto segura que no podría hacerle nada. Naturalmente la acompañé hasta la casa del placer, ya me sentía uno de la familia y nadie se extrañó cuando entramos tomados de las manos. La única en mirarnos raro era Marta, creo ahora ella estaba celosa y la peleé diciendo que MeiLi le sacaría el empleo para siempre por ser una experta entregando el culito. Quedé un rato a solas con Martita convenciéndola que era una broma y solamente estuve aconsejando a la chinita para lograr un buen anal. Me enternecía la gordita con su carita celosa besándola tiernamente y luego apasionadamente; lástima que no se me paraba: me la hubiese cojido al instante. Al rato me llama la dueña de casa, haciéndome pasar a la cocina dijo que necesitaba hablarme de Ángeles. Me puse azul morado temiendo que su hija le hubiese contando de los besitos y me estaban por cortar el pito por degenerado. Recién logré respirar normalmente al pedirme que le imparta clases de computación a la nena dado que en el pueblito no había quien le enseñase. Mandándola a llamar, le ordenó hacerme caso en todo y practicar al menos una hora diaria con ...