1. En manos de dos perversos (6)


    Fecha: 13/12/2017, Categorías: Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    Me costó un poco poner dura y parada la pija del veterinario mientras él se deshacía en gemidos y jadeos, pero así, medio dura, me la metí en la boca y ahí sentí que se iba acercando al punto ideal…
    
    Cuando llegó a ese punto y me palpitaba en la boca empecé a chuparla y a sentir el intenso placer que siempre siento al hacerlo…
    
    El veterinario me tenía agarrado del pelo y respiraba fuerte por la boca hasta que después de un rato rugió como un animal y me echó una eyaculación asombrosamente abundante, tanto que casi me ahogo… Empecé a tragar rápido y ansiosamente todo ese semen mientras él vacilaba sobre las piernas, de tan violento que había sido el orgasmo…
    
    -¿Le gustó cómo la chupa el nene? –preguntó la “señorita”…
    
    -Es… es una maravilla…
    
    -¿Se lo va a culear?...
    
    -¡Claro!... En cuanto recupere fuerzas se la… se la meto hasta los huevos…
    
    -Perfecto… -aprobó la vieja y me ordenó que me echara en el piso para después seguir hablando con el veterinario:
    
    -Le cuento algo, Silvio…
    
    -Dígame…
    
    -Al nene lo tenemos con Ángel a nuestra disposición todas las tardes, desde que llega del colegio a eso del mediodía, porque los papis trabajan y vuelven a las ocho de la noche…
    
    -Qué interesante…
    
    -¡Ya lo creo!... A mí me gusta calentarle la colita con unos buenos chirlos y después Ángel le da verga… Hoy se van a sumar tres amigos de él… ¡A partir de ahora cuatro pijas para Jorgito!... ¿No le gustaría sumarse, Silvio?... Imagínese agarrarlo entre cinco…
    
    -¡Claro ...
    ... que me gustaría!... Deme su dirección y su teléfono, así arreglamos…
    
    Escuché que la “señorita” le daba esos datos y él le decía que la iba a llamar para ir a casa al día siguiente…
    
    -Yo cierro el negocio entre la una y las cuatro de la tarde, así que si arreglan con los otros en ese horario a mí me vendría muy bien…
    
    -Delo por hecho, Silvio… -prometió la “señorita”…
    
    Mientras tanto el vejete había recuperado fuerzas y estaba listo para darme verga por el culo… ¡Ay, qué lindo!... Entre él y la “señorita” me pusieron en cuatro patas y vi que el veterinario mojaba con abundante saliva su verga, para lubricarla…
    
    La “señorita” entreabrió mis nalgas y enseguida sentí el contacto del glande en mi agujerito…
    
    -Ay, sí, señor, métamela… -supliqué…
    
    -Claro que te la voy a meter, putito… ¡Hasta los huevos te la voy a meter!...
    
    Y me la metió con violencia, de una sola arremetida… Me mordí los labios ante ese conocido dolor inicial y después no paré de gemir de placer hasta que el veterinario se puso a jadear con fuerza…
    
    -S… sí, sí, señor… ¡Síiiiii!... exclamé y segundos después la verga me llenó el culo de leche caliente mientras el veterinario me aferraba las caderas con ambas manos para luego caer sobre mí y arrastrarme al suelo junto con él, que quemaba mi nuca con su aliento…
    
    Después de un rato la “señorita” me ordenó que me vistiera y tras la despedida y la reiterada promesa del viejo de visitarnos volvimos a casa con los cuencos, el collar y la bolsa de ...
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