1. Su último capricho


    Fecha: 13/12/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: amanuense, Fuente: xHamster

    ... casa. Era una puerta entreabierta unos cuantos metros más adelante. Antes de abrirla del todo, pedí permiso.-“¿Puedo pasar?”- pregunté.-“Pasa, Javier. Dime, ¿crees que debería operarme el pecho?”- preguntó sorprendiéndome una vez más.Yo me quedé estupefacto. Por su pregunta y por lo que vi. Prácticamente desnuda, tan sólo llevaba una braguita color lila, se asomaba después de mirarse en el espejo que había por la parte trasera de una de las puertas de su armario.- “Pero dime, ¿tú qué piensas?, ¿me las tendría que operar?”- volvió a preguntar.- “No sé, a mi me parece que las tienes muy bonitas. Además, yo las prefiero así, naturales”- respondí honestamente aunque totalmente avergonzado.- “¿Tu crees? Ya no soy una niña y me da miedo que con los años se me caigan aún más”- dijo mientras que con ambas manos se subía las tetas y volvía a mirarse al espejo. “Bueno, todavía están duras, ven, tócalas. He empezado a cuidarme un poquito, ¿se me nota que voy al gimnasio?”.Por supuesto que no se las toqué, ni siquiera respondí, pero si, se le notaba que iba al gimnasio y que se cuidaba. No sé, me sentía extraño. No me atrevía a acercarme y tocarle los senos como ella me había pedido, pero tampoco me apetecía marcharme, verla desnuda exhibiéndose para mí me gustaba. El problema no era estar a solas con una mujer que me doblaba la edad y que me seducía sin tapujos, el problema es que esa mujer de bandera había sido, como quién dice, hasta hace dos días, mi tía Marta. Ella sonreía. Estaba ...
    ... seguro que tramaba el siguiente paso. Y tardó poco en darlo. Se plantó a apenas un metro de mí, y bajó ligeramente la tela de la parte delantera de su braguita, hasta dejar casi a la vista su raja. Lo llevaba afeitado, enseguida me fijé, pero por si acaso, ella añadió:-“¿Ves?, lo llevo depilado. Ahora se lleva así, ¿no? ¿Te gusta o también lo prefieres natural?--“Me gustan como el tuyo, no me gusta encontrarme pelos cuando se lo estoy comiendo a alguna”- contesté en voz baja acercándome a su oído y creyendo que ella no tendría respuesta. Si quería jugar a provocar, quería demostrarle que yo también sabía jugar. Me equivoqué.-“Pues a mí me encanta sentirlos en mi boca”.-dijo con la más sugerente de las voces y con sus labios rozando mi oreja. “Ya ves, me gustan las cosas sucias” – añadió al tiempo que deslizaba una de sus manos por mi crecida entrepierna.Touché. Estaba perdido. Había querido entrar en su juego y lo que había hecho era caer en su trampa. La excitación del momento me impedía pensar. Me debatía entre reprimirme porque era mi tía, o mandar todos los valores a paseo y lanzarme a por esa mujer que se me insinuaba casi desnuda y que empezaba a soltar, muy lentamente, la hebilla de mi cinturón. Afortunadamente para mi, ella no se planteaba tanto las cosas. Cuando por fin soltó el cinturón, se centró en el botón del pantalón. Lo soltó, luego bajó la cremallera y deslizó su mano por debajo del calzoncillo. Agarró mi pene ya bastante crecido pero todavía flácido, y lo ...
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