1. 1961: Mayo


    Fecha: 05/08/2020, Categorías: Primera Vez Tus Relatos Autor: SA, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... aterciopelados muslos sin vellos rodeando los adultos, y procurando depositar los gemidos en la oreja izquierda del niño, para que escuchase ahora como su macho dominante vibraba con la esencia de su pequeño ser, cuando los labios adultos chupeteaban el cuello, el niño comenzó a tocarse el penecito con sus dedos, eso le atrajo la vista al fisgón y escuchó los primeros gemidos de placer infantil que brotaron de sí cuando las embestidas adultas aumentaban su tiempo, al cabo de unos minutos, y con su ano adaptado a las dimensiones de la erección adulta el niño gemía ya poco aunque sollozaba, el fisgón vio al adulto que comenzaba también a frotar en mayor intensidad las caderas sobre esas abiertas piernas infantiles, aprisionando sus manos sobre su cabeza con las suyas, entrelazando aquellos dedos y mirándose fijamente, el niño escuchaba el “splash” de los testículos chocando contra ese culito “¡Ayy, me duele!” los gemidos de placer copulaban a la aceptación del adulto “sí, te duele, pero poco, aguanta, que te va a legar ahora hasta el fondo” las caderas se movían más y desaforadamente eran más intensas las penetraciones, ese ano dilatado era desgarrado más en parte, por si algo aún quedaba en ese hoyito del potito, el fisgón miraba esos cuerpos entregados entre sí, “siente que te culeo, que eres mío” jadeaba mientras penetraba “siente que tu potito es mío” de pronto ese abrupto sentido de movimiento de penetración se detuvo en las caderas de eso daba vista el fisgón y a la ...
    ... mixtura de dolor, ardor y escaso limitado placer que el niño antes sentía ahora daba paso al sentir ser penetrado aún con ardor, vio que el pene salía aún con algo de sangre, el rostro continuaba fruncido por parte del pequeño que miraba ese pene con restos de hilillos pequeños sangre en el glande, unieron las frentes, el niño tenía lágrimas en los ojos, había sollozado mucho, “quiero irme” le dijo el niño al adulto, “espera” lo dejó acostado mientras él se limpiaba el pene, fue con el pañuelo a pasárselo por el potito, “qué rosadito tienes tu culito, mi amor” irrumpió el sonido de las bestias “es de noche casi, tengo miedo” dijo el preocupado niño mientras le pasaba la mano adulta por el traserito, “no te preocupes mi amor, voy a ver el otro caballo y nos vamos”, aún el poniente dejaba ver ante los ojos de los niños esa escena de apareamiento entre yegua y potro, el pequeño acostado en el heno temblaba, así lo sintió, se recostó quedándose así quietecito ladeándose pasándose la mano por el traserito, olió lo que desplazó con los dedos de su manos, en eso llega alguien inesperado, una visita inusitada, lo vio al niño desnudo, presuroso fue a verlo, estaba sollozando, no le preguntó el por qué pues lo imaginaba, se notaba por los restos de hilos de sangre en el heno, que de a poco se notaba por los escasos rayos de sol ya escasamente imperantes, simplemente se miraron, escucharon las coces de un caballo, el muchacho se escondió, vio que el patrón llegaba para vestirle al niño y ...
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