Masae de Prostataj - Relatos Eróticos

Masae de Prostataj

Había visto algo en el internet referente al masaje de próstata y me intereso ver la posibilidad de bura alguien que me pudiese hacer, nada mejor que mi amigo el masajista Santiago y en base a la confianza que tenemos entre los dos, le llama para consultarle, quien me  acepto la idea de inmediato y acordamos que sería dos días más tarde, en razón que debía ausentarse de la ciudad antes.
Llego la fecha, esa mañana mientras me duchaba trate de hacer el mejor aseo posible en el área de mi orificio anal, puesto que sería el lugar en el cual Santiago trabajaría, luego del baño, me vestí con una camiseta polo blanca, un jean y en lugar del interior me puse un hilo de color negro, muy pequeñito que cubre únicamente mis testículos y pene, el mismo que es muy cómodo y a diferencia de los hilos comunes este tiene dos   resortes en la parte posterior que lo hace más confortable, en razón de que no se incrusta entre los glúteos.
Llegue hasta su lugar de trabajo a la hora indicada, saludamos y me invito a pasar, el ambiente estaba listo con un delicioso aroma de vainilla, música ambiental y un calefactor que mantenía una agradable temperatura ambiental.
Santiago, me dijo que cuando yo desee me ponga cómodo sobre la camilla, así que me desvestí y dejando únicamente mi hilo dental, para acostarme boca abajo sobre la camilla, cuando Santiago me vio, dijo que era un hilo muy sexi y bonito, me puso una pequeña manta sobre mi espalda  empezó un suave masaje para darme la tranquilidad ...

... necesaria, puesto que él ya sabía que esta era la primera vez que yo experimentaría este tipo de masaje, entonces mientras me daba el suave masaje en mis piernas, me dio algunas indicaciones, al tiempo que mi corazón se tranquilizaba.
Luego sus manos rozaron suavemente mis glúteos y con una delicadeza muy propia de Santiago, me retiro suavemente el hilo, una vez que lo saco, me separo ligeramente mis piernas y dejo caer unas cuantas gotas de aceite justamente en la unión de mis glúteos, lo cual me excito mucho, para luego con sus manos expandir por mis glúteos y orificio anal, experimentando una sensación muy agradable y excitante, que me llevaba a un vuelo sin límites en mi imaginación, esto lo hizo por varios minutos, cuando se dio cuenta de mi gran excitación, rozo sus manos en el área de mis testículos, lo cual instintivamente hiciera que levantará un poco mis glúteos como invitando a que me acaricié mejor y ofreciendo a sus manos mi pene, que cumplió con creses mis expectativas, haciendo que mi pene se ponga totalmente erecto incluso con una gran lubricación que Santiago me limpio con un pañito húmedo.
Después se concentraron sus caricias en el área de mi orificio anal que me enloquecía y pedía a gritos sin exteriorizar, que se dé la penetración, me parecía una eternidad el tiempo y de pronto la suave sensación de iniciar una penetración con su dedo cubierto con un guante de látex, que se habría camino dentro de mi orificio anal, haciéndome sentir un placer indescriptible, ...