La alegria del bar - Relatos Eróticos

La alegria del bar

A mi corta edad me convertí en la alegría del bar, adonde concurrían después de terminadas las labores...
Nací y me crié en una localidad pequeña, donde la principales actividad laborales eran las tareas rurales, jornaleros, siembra y cosecha y carpintería. El ocio era casi exclusivo de los hombres que  se limitaba casi exclusivamente  en ir al bar a beber y compartir con los demás parroquianos. El resto de la población tenia su distracción ocacional en las fiesta patronal o algún que otro circo itinerante que se instalaba en el pueblo...
Yo era un niño rubio, bastante gordito con fuerte actitudes femeninas influenciado por vivir entre hermanas y tías solteronas. Mi padre tambien tenia la costumbre de concurrír al bar a quien yo iba a buscar para avisarle que la cena ya estaba lista, si bien no bebía tanto, mientras yo esperaba que  terminara su copa, me compraba o alguno me invitaba una gaseosa, la que yo disfrutaba como todo niño. La blancura de mi piel resaltaba,entre tantos mestizos, tal es así que me susurraban, y que parecía una muñequita, los que escuchaban se reían y me miraban con ojos brillosos... Entre ellos también estaba Antonio, un adolescente ya casi hombre pues trabajaba con su padre en el bar...un día cualquiera me invitó una gaseosa pero a cambio me pidió lo ayude a limpiar el.baño ubicado en el exterior del bar.Mientras mi papá estaba entretenido bebiendo y jugando los naipes, yo fui con Antonio a ayudarle con la limpieza del baño, donde perdi mi inocencia y descubrí un placer infinito que me abriría un mundo de lujuria y que me convertiría en la alegría del bar.