Cristina, mi hija. Una mujer prohibida - Relatos Eróticos

Cristina, mi hija. Una mujer prohibida

... mal, Muy mal – encomendaba, en tanto yo solo gozaba de las embestidas que le daba a esa mujer, mi mujer.
Le susurraba al oído de cuan sabroso era disfrutar de su cuerpo y con mi mano derecha tapaba su boca para que no gritara de placer, pues si algo sacó de su madre, fue la manera en que gritaba al sentir la verga de un hombre.
- Papá, para, está por llegar Mercedes -. 
Mercedes, es la señora de la limpieza. Yo no le hacía caso, solo me concentraba en bombearle su culo respingo. Duramos en esa posición por minutos, hasta que de tanto embestirla. Me vine dentro. 
Sudado, la solté y jalé una silla para sentarme y tomar un poco de aire, Pues por mi edad, y mi condición médica, se me dificultaba dar esos trotes.
- No lo vuelvas hacer- fue lo único que me dijo. Apago la estufa y salió de la cocina, subió a su habitación. 
En mi mente, sus últimas palabras, centellaban en mi cabeza una y otra vez. Claro que lo volveré hacer, pues no me quedó claro que no hacer, follarla o venirme dentro.