12 – 136 1961: Abril - Relatos Eróticos

12 – 136 1961: Abril

... del hombre descansaba en el hombro de Amaranta, le decía frases dulces a los oídos, notaba su piel de gallina, Squeo también lo apreciaba al pasar sus manos por aquellos bracitos extendidos cuyas manos de alargadas uñas se entrelazaban con las de su padrastro quien luego le daba de caricias y besos en las mejillas, ella quietecita no oponía resistencia, sólo cerraba los ojos para sentir, igual que lo sentía con su amigo Reginaldo en aquella humilde casa donde muchos años atrás se rozaba la vagina con el pene de ese amigo, igual lo sentía cuando estaba a solas en ese cuarto con el chófer Ramón, lo sentía igual con aquellos amigos de la lotización, pero ahora sería más especial pues lo sentía con su padrastro Squeo, que era alguien muy especial, Amaranta miraba y sentía a la ve esas caricias, a consideración de cierta distancia detuvieron el yate, Squeo fue a sacar algo de la hielera, sonriente con seguridad mostraba el contenido de la hielera, champagne, lo abrió y bebieron mientras sentado pescaba y a su lado estaba atenta, a propósito se manoseaba el pene vestido, el sol estaba fuerte y se notaba la incomodidad de la pequeña, “ven, vamos al camarote, allí no nos dará el sol” ella lo siguió, Squeo llevaba  su botella de champagne para la ocasión, se sentaron para seguir bebiendo, para ella ese sabor de la bebida era muy peculiar, viéndola de frente le decía “eres muy bonita” se acercó y la abrazó bailando detenidamente imaginándose la melodía con el tarareo de Squeo, la ...

... brisa de mar entraba al camarote del yate, al bailar lentamente la mano de Squeo bajaba al coxis y empezó a manosearle el trasero, “anda, ponte mejor el traje de baño”, resaltó su juicio “con él te ves más bonita” la sonriente Amaranta pidió a Squeo que saliese para cambiarse y así lo hizo pero ella notó que desde el exterior era mirada por el a través del ojo de buey, ella no se inmutó, seguramente ya por los tragos de champagne que había bebido, gustaba más bien que la viese, el alcohol le quitaba esa inhibición, su desnudez duró unos instantes, Squeo estaba ávido del deseo, Amaranta salió vestida con su traje de baño, lo primero que Squeo hizo al verla fue abrazarla y decirle lo hermosa que estaba, ese era el punto débil, la lisonja, la alabanza de su ser, y que mejor que venida de aquel hombre al que tanto admiraba, se sentaron junto al timón a seguir bebiendo champagne, las miradas se cruzaban igual que sus sonrisas, la hizo sentar en sus piernas y el pecho de él rozaba con la espalda de ella, le besaba el pelo sedoso y el cuello, “quiero decirte que me gustas mucho Amaranta” la nena sentía las manos de su padrastro que se deslizaban en sus brazos así a la vez sentía los besos en sus mejillas “ven, vamos” se pusieron en pie y tomados de la manos como dos novios amantes entraron al camarote “aquí estaremos mejor” la miró “déjame verte bien” la nena giraba en su propio lugar mostrando su silueta a Squeo “en verdad que eres muy preciosa” sonrió ante el halago, “eres una linda ...