Madre. - Relatos Eróticos

Madre.

Madre, divino templo de mi sexo, prohibido cuerpo, lujurioso deseo despiertas.
Haces de tus besos el apogeo de mis sueños, el trepitar de tus nalgas en mis piernas el clímax de nuestro pecado.

Disfruto de tu incesto, gimes sobre mi, llenamos de liquidos nuestras siluetas en movimiento, diosa de mi oscuridad, adoro tus anchas caderas, me arraigo a ellas, madre, divina musa, luna y noche, ternura y castigo.
Adoro tu pecho, tus senos blancos visten lujuriosos mis labios, muerdes mi piel, te agitas y bebes la miel, el elixir de mi fruto acendra tu cara, líquidos tragas.

Me pides más, tu gruta candente aloja a tu hijo y gritas hasta estallar, promiscua y sucia, cuando me alojo en tu interior sientes libertad, conexión divina, en tus pocisiones no soportas ni un segundo más, entre besos y caricias me pides invadirte por detrás, el dolor que te provoca lo disfrutas cada vez más, agitas el ritmo, tu gimes yo deliro.
Haces de mi la fuente de tu locura, mi semen es el rocío de tus mañanas, de rodillas y sumisa bebes hasta las horcajadas.
Abres tus piernas y encuentro la utopía soñada, te bebo, te lamo, tus orgasmos me bañan.

Bendices mi danzar, azoto tu ser hasta desmayar, eres tentación amante de mi vicio, orgasmo al solsticio, tu deseo quema mis labios, rompe mis límites, abres tus piernas, disfruto de ti,  tus hipnóticos ojos trascienden al pecado....

Dentro de ti desemboca mi licor, y tu lengua en mi cúspide desenzala un duelo feroz. Tus espamos me embriagan cuando te hago mía al borde del sillón, sonríes y me muerdes, mi carne pide la tuya y toco mi origen al bañar en néctar tu vientre, el sudor de tu pecho se riega hasta emborrachar mis dedos, mis manos agitadas a tu pubis lo hace su plebeyo, tu bosque me consume, y te aferras fuerte suplicando por sentirme dentro.