Al fin mujer de un mendigo... - Relatos Eróticos

Al fin mujer de un mendigo...

... entregado, sentí su lengua escarbar mi agujerito, agggg fue la cosa más hermosa, sentí entrar en mi culito un dedo, luego dos y tres, yo solo gozaba y movía mis caderas, apoyo su verga entre mis nalgas y se empezó a restregar, te voy hacer el culo putito, quieres sentirla, si quiero sentir el placer de esa verga, ser putito duele solo un poco, afloja y relájate, puso la cabeza de la verga en mi hoyito y empezó a presionar suavemente, a medida que empezó a entrar me empezó a molestar para después empezar a doler, mi suspiro se empezó a transformar en un quejido, él me decía tranquilo, ya casi esta, me dio una palmada en las nalgas, me agarro de la cintura y me enterró toda la verga hasta el fondo, el dolor fue indescriptible, mi grito lo ahogue en la almohada, él se quedó quieto con su verga adentro y me decía tranquilo, ya pasa, afloja la colita.
Paso un buen rato y el dolor fue pasando, la verga en mi culito se empezó a mover suavemente y a medida que lo hacia el dolor fue dejando paso al placer, me empezó a bombear y cada entrada y salía me iba gustando más, mis caderas empezaron a moverse al ritmo, te gusta me dijo, si, si me encanta, ahora si sos putito, ahora soy tu putito, me encanta tu verga, tómala es toda tuya, agggg si papito, dame más, quiero tenerte siempre adentro, como te gusta la verga, ahora si sos toda una putita, si papi, gracias por hacerme putita, quiero ser tu putita siempre, quiero que seas mi macho papito, te voy a dar verga todas las veces que quieras, en ese preciso momento sentí como su leche llenaba mis entrañas, se recostó a mi lado, levante la cara lo mire satisfecho, le acaricie el pecho y después su verga, gracias papito le dije, gracias por hacerme feliz, me estampo un beso en la boca y con sus brazos me atrajo contra su cuerpo.
Andrés, ya no vive en la calle, es mi hombre en la cama y yo su mujer que lo atiende todo el día.