Me convertí en la puta de la cárcel para sobrevivir 3 - Relatos Eróticos

Me convertí en la puta de la cárcel para sobrevivir 3

... para disfrutar con mis manos de las tetas de mi compañera. 
Cuando estábamos a punto de venirnos, de nuevo Coral se levantó de pronto. 
–Claudia, necesito un favor.
Se acercó a su bolsa y sacó de allí un vibrador enorme de color rosado chillón.
–Mi marido compró esto para su amante. Quiero usarlo contigo. Que se coja a esa puta con el residuo de los líquidos de mi zorra. Vamos Claudia. Quiero cogerte, ven.
Coral me puso en cuatro, con notable inexperiencia comenzó a estimular mi ano, que ante el recuerdo de las tetas de Coral se abrió como una flor y la mujer aprovechó de meterlo de golpe. Yo gemí bastante y escuché como Coral lloraba y gritaba el nombre de la amante de su marido mientras empujaba con fuerza el vibrador en mi culo. 
Coral continuaba tan enojada que empezó a nalgearme con furia, como si yo fuera la que estaba robando a su marido. 
Finalmente, cuando se cansó, sacó el dildo de mi culo y pasó a mi coño. Ahí lo metió con menos enojo, pero noté como estaba interesada en llenarla de mis fluidos.
Coral terminó y me miró tumbada en la cama llena del placer que me había dado. 
–¿Cuánto te debo por tu ayuda, Claudia?
–Nada.
–¿Nada?
–Nada de dinero, Coral, pero tendrás que pagarme con otra cosa.
–¿Con qué?
–Tienes que venir a visitarme con esas maravillosas tetas que tienes.
Coral se rió.
–Si supiera mi esposo que mi puta es mejor que la suya. Está bien, Claudia. Mis tetas ahora son tuyas.

Y Coral cumplió su palabra, pero eso es otra historia que quizá les contaré después. Por ahora, pueden enviarme sus comentarios al correo tu_nicolette@hotmail.com