Mi suegra - Relatos Eróticos

Mi suegra

... ella ya sabía que estaba a unos cinco metros a un costado de ella pero simplemente se dedicó a lo suyo 
 Después de pocos minutos se paró y sin verme ya se pensaba retirar, cuando de inmediato le dije 
 - Suegra, no piensa saludarme? 
 - solo ya no quiero que te me insinues ¿Correcto?
 - claro suegra lo que usted diga
 - bueno adiós
 - la ¡acompaño!
 - claro que no, adiós
 - espere es que me queda el camino, voy por su rumbo
 Estuvimos platicando de cualquier cosa sin meter el tema y sin insinuarme y después le propuse que mi mujer y yo iríamos a visitarla en cualquier momento, lo cual ella se opuso pero al insistir que iríamos de todas formas, no le dio más remedio que proponer una fecha. Sería la siguiente semana por la tarde 
  Mi esposa toco el timbre y poco tiempo después abrió mi suegra que vestía de forma normal como siempre, solamente que su vestido estaba más arriba de lo normal, se veía muy piernuda 
 Ya adentro empezaron a hablar de cualquier cosa, sin tanta sorpresa, pues mi mujer era la que tenía contacto más seguido con su mamá y su padrastro
 Después de comer nos dirigimos a la sala, mi suegro se despidió por cansancio 
 Yo me senté junto con mi esposa y mi suegra enfrente de nosotros a los pocos minutos le empecé a mirar las piernas con mucho morbo, recargando mi espalda al sofá para que mi esposa no se diera cuenta, mi suegra al darse cuenta de mis miradas se sintió incómoda pero sin alterarse no tubo más remedio que aceptar mis miradas ...

... lujuriosas y pasaron las horas y le pregunté a mi esposa que si se quería quedar 
 - si vamos a quedarnos a tomar café asta bien noche 
 Paso el tiempo y nos fuimos a dormir sin más chiste 
 Al otro día nos despertamos como a las 9, mi suegro ya se avía ido a su trabajo y mi suegra ya estaba preparando el desayuno. Al entrar a la cocina y centrarnos a desayunar se le veía más alegre como antes, sin que mis miradas la desconectara. Y aún que quería que pasara algo pues no se dio la oportunidad 
 Al despedirme pose mi mano en su cadera por arriba de sus nalgas y al darle un beso bajé mi mano rosando sus nalgas y ella simplemente no se inmutó y eso hizo que tuviera esperanza 
 Al otro día me dirigir al deportivo un poco más temprano y mi suegra ya se encontraba haciendo estiramiento de calentamiento 
 Me le acerque y la saludé de beso y ella me aceptó de muy buena manera. Todo el trascurso del ejercicio hablamos de cualquier cosa 
 Asta que en sus estiramientos mientras le agarraba sus pies para que hiciera contracciones abdominales, descaradamente le observé su entre pierna y se le veía riquísimo y aunque se dio cuenta no hizo caso que incluso se arqueaba más 
 ya en la calle y al despedirme que le pregunté que si de casualidad no había dejado mi reloj en su casa 
 - no he visto nada...
 - si podría, si lo encuentra, aguardarlo o no le molestaría que yo buscará
 - claro que no si quieres vamos y te ayudo
 Ya en la casa nos dirigimos adónde nos aviamos quedado mi esposa y yo ...