Una estadía en Mallorca, el segundo d&iacut
Fecha: 18/12/2017,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Sexo Interracial
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Una estadía en Mallorca, el segundo díaEl segundo día amaneció un poco inestable, pero a mediodía el cielo se despejó definitivamente y decidimos regresar a la playa a seguir disfrutando del sol.A mí me dolía un poco el cuerpo, sentía mi concha ardiendo todavía por la cogida que me había dado ese negro gigantesco la mañana anterior.Helena me miraba en silencio; yo no le había dicho nada, pero ella me conocía muy bien y sabía que algo fuera de lo común me había sucedido.Por la tarde regresamos al hotel, a ducharnos y cambiarnos para la cena. Víctor entró a la ducha cuando yo estaba ahí y se puso un poco cariñoso, lamiéndome la concha como solamente él sabe hacerlo… En pocos segundos me llevó a un orgasmo tremendo. Por suerte se conformó solamente con eso, ya que mi vagina dolorida iba a sufrir un poco con sus embates. En agradecimiento me incliné sobre él y le di una chupada de pija como nunca antes le había dado; lo hice acabar en mi boca en menos de tres minutos…Cuando llegó la noche Jorge propuso cenar en la playa y después ir a una discoteca cercana; a los demás nos pareció bien.Yo estaba usando un vestido corto de verano, sandalias no demasiado altas y, debido al ardor vaginal, no me había puesto tanga… sentía una leve humedad entre mis piernas, recordando la cogida con ese negro…La discoteca estaba repleta de gente y casi enseguida me separé de Víctor y mis amigos. Comencé a sentir que me acariciaban suavemente el culo. Pensé que era mi marido, pero de repente pude ...
... verlo a tres metros de distancia, mirando a otro lado.No sabía por qué, pero me excitó que me metieran mano, no hice nada para evitarlo. Seguí bailando sola y comprobé finalmente que estaba rodeada por un grupo de gente desconocida.Unas manos continuaban tocándome; nadie podía darse cuenta debido a la turba de gente apretada, todos bastante alcoholizados; incluso yo estaba un poco achispada.No supe cómo ocurrió, pero poco a poco las manos comenzaron a tocarme casi sin descanso, acariciando mis muslos por debajo del vestido, hasta llegar a mis redondas nalgas desnudas…Sabía que no iban a tardar en pedirme más y así fue; alguien de repente me hundió un par de dedos en mi ahora humedecida concha. Gemí en sorpresa, pero por supuesto el volumen de la música tapada cualquier otro sonido.Unas manos ahora fueron hasta mis tetas, las apretaron por encima de la tela del vestido y después una se metió por encima del escote, comenzando a acariciar mis endurecidos pezones. Un calambre de placer me recorrió de arriba abajo,Entonces pensé: “Me van a coger aquí mismo, en medio de la multitud…”Otros dedos volvieron a acariciar mi pubis depilado, rozaron mi vulva sensible y entraron nuevamente en mi humedecida vagina. Esta vez ya no me sorprendí.“Déjate hacer, puta” Me dijo alguien al oído, con un marcado acento español.Los dedos volvieron a abrirme los labios vaginales, haciéndome gemir y también exploraron la estrecha entrada de mi ano.De pronto sentí que alguien se pegaba detrás de mi cuerpo y ...