1. Memorias Cornudas


    Fecha: 03/07/2017, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... despertado. Veo que mi esposa entra sin hacer ruido y sube a la cama y me dice; vengo bien cogida, tocame. Mi vieja viene completamente encuerada. Y el neglige? Me quitó todo!! Y riéndose me dice Arturo también está encuerado. Meto mis dedos en su panocha y los saco todos embarrados de leche. Acerco mi nariz y huelo, todo allá abajo oliendo a sexo. No quise chuparle la panocha porque me daba cierto asco. Si te fueras a bañar, si te la mamo, la dije. Ya me voy otra vez con él, le dije que sólo venía a cerciorarme que estuvieras dormido. Está bien, le digo, ve y me dice; Oye; me quiero quedar toda la noche con él, allá en la cama del niño. Bueno, pero procura venirte para acá antes de que amanezca y, mañana me cuentas que tanto más hicieron. La relación con este muchacho duró dos años, durante los cuales ocurrieron tal cantidad de cosas que afortunadamente no se salieron de control y todo quedó hecho con discreción entre ellos dos y yo. Una de las cosas que siempre quise que hiciera mi esposa con Arturo era que en un lugar público y de preferencia en un lugar donde no fuéramos conocidos, se exhibieran como si fueran pareja y, desde luego que yo estuviera por ahí escondido o a distancia para verlos; pero no se pudo. Lo que si pasó y nunca lo voy a olvidar porque me provocó mucho morbo y me hizo sentir cornudo al cien porciento fue la vez que acordamos ir a un día de campo, familiar por cierto. Ó sea, que íbamos nosotros dos, mis niños y Arturo. El lugar al que fuimos es un ...
    ... balneario que está a un lado del aeropuerto. En ese entonces, recién empezaba a funcionar, así que ese día preparamos todo lo necesario; los niños con sus trajes de baño, sus flotadores inflables, mi esposa se puso su bikini, encima se puso un short y arriba una blusa tipo polo. Yo, abajo de mi pantalón me puse mi traje de baño también. Hasta un libro me llevé por si se podía, me pondría a leer. Salimos temprano de casa pasamos a la casa de Arturo para levantarlo y nos encaminamos hacia allá. Al llegar, busco un lugar apartado para estacionarme y me acomodo bajo unos árboles. Los niños que ansiosos estaban por entrar al agua me obligaron a irme con ellos. Me despojo de mi pantalón y la playera y le digo a mi esposa que allá nos alcancen. Me dice; nosotros nos llevaremos las toallas, la hilera, lo de la comida. Bien, no olvides la cámara. Les voy a tomar muchas fotos. Casi una hora se tardaron en llegar a la alberca. Eso sí, traían una cara de felicidad que se notaba que algo había pasado. Mientras Arturo se queda cuidando nuestras cosas en la mesa que escogieron, Mary se viene al chapoteadero donde estoy con los niños. Ya para entonces había ya mucha gente en la alberca y niños en la alberquita. Le pregunté que pasó? Porque se tardaron tanto? Que crees? No sé, dime. Te voy a contar; luego que se vinieron ustedes, yo me quité el short y el polo y me dice Arturo que él trae su short en su mochila. Y, en lo que él se desviste yo me paso al asiento trasero y, me empieza a agarrar y ...
«1234...»