1. Las Aventuras de Carla 3


    Fecha: 20/12/2017, Categorías: Sexo en Grupo Hardcore, Voyerismo Autor: lamedor65, Fuente: xHamster

    ... más, desplegándose, disparándose...tensó los muslos pero ella siguió suavemente, tratando por igual todas las partes de su cuerpo...Cuando llegó a los tobillos y a los pies de nuevo Carla ya había perdido la noción del tiempo y estaba casi dormida, solo quería que siguiese acariciándola...casi inconscientemete abrió los muslos, y ella se puso a repasarle la depilación del pubis y la vulva, y del ano, con infinito cuidado y experiencia...apenas notó algun tirón, ella seguía acariciando y masajeando, ahora de nuevo tu esplada y tus nalgas.Carla notaba sus jugos manar de su vulva.Luis entró en la habitación, con Satori. Tras ellos, entró don Mario. Carla notó primero el fresco que entró con la puerta, el olor a loción de afeitar de los dos hombres...se volvió a mirar como una gatita sobre la cama inmensa. Vio a Satori desnuda, pero Luis iba vestido con una camisa gris marengo abierta y un pantalón oscuro, y Don Mario iba probablemnet todo de negro, casi no se les veía a la luz de las velas, salvo las manos y el rostro...fuera había anochecido. Junto a Carla, Satori, por indicación de Don Mario, dejó un conjunto de lencería negro, de encaje: un tanga mínimo, un culotte a juego para complemertarlo, unas medias satinadas, sujetador a juego, provocativo, de los que realzan el busto y juntan los pechos, y al mismo tiempo, dejan todo el escote abierto. Y una caja con un vestido que es apenas un poco de seda y lentejuelas.--Te esperamos en el comedor ambassador, preciosa; te dejamos ...
    ... con Satori y Bhajji para que te arregles a tu gusto-- dijo Don Mario. Y las muchachas les despidieron con la misma reverencia que te reservaban a tí. Las chicas la maquillaron como a una muñeca, e incluso la dieron talco por el cuerpo...ella empezó a acariciarse el sexo delante de las muchachas, a ver cómo respondían, y ellas la dejaron hacer, pegando sus cuerpos desnudos al suyo. Se corrió de golpe, sintiendo los pezones de la hindú clavados en la espalda. La japonesa le lamió los dedos con una sonrisa. Finalmente, Carla se vistió con la ropa que le habìan traído, los tacones más vertiginosos que podían soportar tus tobillos y se miró en el espejo: jamás se había visto tan seductora, tan elegantemente puta: sus pechos casi volaban por el escote, la minifalda de bordes irregulares cubría sus nalgas casi desnudas de puro milagro, y el resultado era tan arrebatador, en absoluto vulgar, que te sientes tan satisfecha de tu aspecto como pocas veces. Las dos muchachas desnudas tras ella apenas resultaban excitantes en comparación, y eso que Carla era bastante bisexual.--Salve, divina Afrodita de ornado trono--la saludó Don MArio cuando llegó al comedor. Allí le aguardaba Luis, sentado a la mesa, y Don Mario, efectivamente, vestido de negro y aposentado en un hondo sillón desde donde contemplaba la escena. En la mesa había una langosta abierta en dos y vino blanco del norte de España (el champán francés es una vulgaridad). No había camarero, era Luis quien le servía la bebida, quien ...
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