1. Sobrina, derecho de pernada y sexo anal


    Fecha: 22/12/2017, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... a este macho. Puerteando en el hoyo anal, hasta embocar la cabezota justo en el centro, una bocanada de aire de Ana da el respiro justo para entrarle todo el glande, la pausa para que se acostumbre al intruso me retiene a medio camino.
    
    Sin esperar comencé a moverme despacio, avanzando al compás de sus gemidos, cuando en el último envío llegué a meterla del todo. La queja indica cuánto siente el miembro, el grosor dilata el esfínter, las caricias y el juego de metisaca van relajando los músculos, la fricción vaginal enturbia la sensación de dolor, cambiar el switch a placer. Sus manos trabajan frotándose la conchita, mis manos adheridas con firmeza a su cintura, me permiten tener actividad y movimiento de penetración constante.
    
    Los movimientos de vaivén crean el espacio lúdico del goce, esconde las molestias de la desarmonía de tamaños, sacudiendo sus caderas acompaña el ritmo de la sodomización. La calentura me puede, la prudencia y delicadeza quedan relegas tras el avance de la lujuriosa cojida. Su ano es una increíble fuente de placer, sabe manejar el esfínter como pocas mujeres, dilatarlo en la salida, apretarlo tanto en el ingreso arrollador.
    
    Sentir las delicias de penetrar en su recto es una experiencia para recordar, las quejas y gemidos la maravillosa música que pone marco al placer sin límites. – Cómo vamos princesa?
    
    - Cerca, cerca, bien cerca. Apura, no pares, rompe el culo de tu puta!
    
    Sus palabras incitan, nos pusimos en sintonía, empujando con la ...
    ... violencia del descontrol, apretándola fuerte y mandársela hasta el fondo. No falta mucho para llegar, un último empujón fue suficiente para eyacular en el mejor culo del planeta.
    
    Los sucesivos embates fueron los que colmaron de semen el estrecho conducto. Despacio fui desocupando el oscuro recinto, un peculiar sonido y burbujas de semen despidieron el forzado alojamiento.
    
    Las piernas temblando por el esfuerzo emotivo de hacerle el culito, quedé apreciando los latidos que dejaron escurrir el espumante semen arrastrado por la cabezota.
    
    Después de higienizarnos, una última cerveza antes de retirarnos, los arrumacos y mimos volvieron a recrean el ambiente erótico, el roce con sus nalgas incentiva el deseo, sentirme nuevamente al palo la excita, tanto para exigirme:
    
    - No te puedes ir de este modo, esta calentura me pertenece. Vamos no te hagas rogar… estás tan caliente, dámela, dámela.
    
    De un manotazo le hice lugar para volcarse sobre el escritorio, bajé la calza hasta las rodillas, el culo volvió a ofrecérseme, expedito, listo para recibirme. La dilatación previa y los restos de semen facilitaron una entrada de un solo golpe, a fondo, sin prevención, no para de exigir acción, disfruta la procacidad y las palabras obscenas, todo suma para ofrecerse y deleitar a su hombre.
    
    - Vamos, vamos, rompe el culo de tu puta, dale pija a tu yegua, monta y hazme el orto!
    
    - Así, así, te gusta (empujando todo), te lo voy a dejar todo roto, por puta!
    
    - Vamos, cabrón monta, ...